Adios a las jerarquias empresariales

La organización es muy importante dentro de cualquier corporación o entidad, independientemente del tipo de organización de la que estemos hablando (matricial, orientada a proyectos, …). Por lo que el organigrama de las mismas cobraba una vital importancia y se seguía de cerca para la ejecución de cualquier proyecto o cualquier tarea.

Puede que esto esté cambiando, ya que empieza a cobrar mucha mas importancia la influencia que una persona cualquiera pueda ejercer sobre la compañía en general. Por lo tanto no se trata tanto del cargo ni puesto que desempeñe, ni el área departamento en la que trabaje, sino lo que es capaz de mover o liderar por sí mismo. Esta visión da una mayor flexibilidad a las empresas y sobre todo a los empleados, y siendo conocedores de sus responsabilidades, pueden lanzar diferentes iniciativas mutidisciplinares en menor tiempo y con mayor impacto. Obviamente requiere un tipo de profesional con iniciativa, dotes de liderazgo y sobre todo con capacidad de influir sobre equipos o personas fuera de su «jerarquia».

Creo que esta palabra se está viendo, y más que se verá, en el mundo corporativo. Incluso algunas de las mejores herramientas de análisis de redes sociales tienen este criterio como una de sus puntos más importantes. La capacidad de influir en el resto de la sociedad o diferentes segmentos de la misma. En este caso el tener un mensaje claro, bien estructurado y una correcta oratoria digital hace que cientos o miles de seguidores pueden estar influenciados por una persona individual o una marca.

Algunos de las descripciones de puestos ofertados actualmente también incluyen este aspecto de la influencia a través de equipos multidisciplinares, y en ejecución autónoma de proyectos (pero siempre trabajando en equipo). ¿Es hacia donde se está moviendo la sociedad y el mundo corporativo? Puede que sí, y los expertos tendrán que valorar qué puntos negativos pueden acarrear. Aunque a simple vista parece que aquella persona motivada, con inquietudes y un amplio networking (o relaciones profesionales) puede salir victoriosa.

Y si lo pensamos bien, en nuestro entorno actual conseguiremos mas y mejor por nuestro networking que por nuestra jerarquia. Y no estoy hablando de un nuevo puesto de trabajo, al que se está ligando el networking de forma unilateral, sino a nuestras responsabilidades actuales.

Otro de los puntos antes citados que creo que debe cobrar más importancia es la multidisciplinaridad. Es decir a no trabajar en silos. Durante años el trabajo de cada departamento parecía autonomo y que no impactaba en el compañero de enfrente. Como se ha comentado en otros post, es importante ver las empresas o los proyectos de forma mucho más global y abierta, con equipos provenientes de diferentes áreas y que toda las personas trabajen, cada una con sus responsabilidades, para alcanzar el mismo objetivo. No solo nos estaremos beneficiando de esta riqueza de conocimiento como profesionales sino personalmente.

Pensemos en cualquier acción comercial o de marketing. Según el «modelo antiguo» (permitirme llamadlo de esta forma), estos proyectos se ejecutaban por un solo equipo. Teniendo en cuenta que en muchas empresas las plantillas han disminuido y el trabajo es el mismo, tenemos que organizarnos de otra forma. Siguiendo con esta nomenclatura, el nuevo modelo, permitirá embarcar en este proyecto a personas de otros equipos, dando una visión más amplia y enriquecedora (financieros que aporten su visión a este proyecto, recursos humanos que aconsejen sobre los recursos a utilizar, equipos de operaciones, personas de logística para tener en cuenta las fases posteriores,..). ¿Se podrá actuar así en todas las organizaciones en el futuro? ¿O la teoría será imposible aplicarla a la práctica?

3 respuestas a «Adios a las jerarquias empresariales»

  1. Hola Jaime

    Yo en estos asuntos soy partidario de seguir la máxima del diseño y la arquitectura funcionalista: «la forma sigue a la función». Es decir, el diseño de la organización, es decir, el «¿cómo?», debería ser consecuencia del «¿para qué?».

    Antes de enredarnos en el organigrama, tengamos claro qué debe de producir esa organización y de este modo podremos diseñar la estructura óptima. En algunos caso será muy jerarquizada, en otros el modelo óptimo será en red,…

    Un saludo

    1. Alberto,

      Esta claro un un correcto diseño de la arquitectura funcional, facilita las comunicaciones. Pero a lo que creo es que cada vez son más valoradas (y necesarias) caracteristicas de influenciar fuera de tu «chiringuito», es decir fuera de tu trozo de organigrama. Las organizaciones empiezan a poner en marcha programas, que son necesarios ejecutarlos en equipos multidisciplinares. Y que para asegurar su éxito, es necesario salir fuera de esa jerarquia y poder realizar diferentes acciones. A eso me refiero en el post, ya que creo que el networking, las relaciones personales y profesionales y por supuesto la capacidad de flexibilidad es vital para estos supuestos.
      Por supuesto, como bien dices, cada caso tiene una estructura optima, pero en cualquier caso, como dice los americanos «think out of the box», empieza a ser una máxima. No se si te convezco, pero por lo menos intento explicar mejor mi postura.
      Pero es interesante el debate que planteas!! A ver si se anima

      GRacias!

  2. Absolutamente de acuerdo, Jaime. Es lo que los americanos llaman «Span of control» frente al «Span of influence». Lo que permite el segundo es mucho mayor que lo que permite el primero. Lo primero te lo dan tus galones, lo segundo tu capaz de liderazgo informal.

    Incorporo un interesante ejemplo:
    http://masonqld.tumblr.com/post/4387861116/from-span-of-control-to-span-of-influence

    En cierta medida está relacionado con el concepto que planteaba en mi post «Lo que somos y lo que hacemos»

    Lo que somos y lo que hacemos

    Que siga el debate…

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