Personalización y privacidad en la venta online #infografía

Andrés Macario Gañán es el director general de Vacolba, partner de negocio orientado a la venta en entorno digital. La clave de su éxito es el foco en resultados, la excelencia en el desempeño y la flexibilidad en la implementación. Ofrece una solución llave en mano, acercándose al usuario final a través de profesionales especialistas en ventas de calidad. Andrés está muy presente en el mundo digital a través de su blog andresmacario.com y Twitter @andresmacariog donde ofrece consejos para la transformación digital de las organizaciones y pautas para ser CEO digital.

Este post ha sido publicado anteriormente en andresmacario.com

 

La intocable privacidad puede parecer contraria a la necesidad de los negocios de expandir sus ofertas y que estas coincidan con las exigencias de cada consumidor. Utilizar los datos del usuario para  personalizar productos y servicios puede llegar a inquietar o incluso molestar al cliente. La confianza, sobre los pilares del conocimiento del cliente y la transparencia, es la llave de la fidelización. Personalización y privacidad son dos caras de la misma moneda en la venta online.

Personalización y privacidad - Andrés Macario

Empezaré por el tema de la personalización para tratar de resolver posteriormente las dudas sobre la privacidad. En la tercera revolución industrial –durante las últimas décadas del siglo XX- la producción masiva llevó a los especialistas de marketing a hablar de “personalización masiva” (mass customization). Atrás quedaban propuestas como las del señor Ford, que ofrecía coches del color que eligiera el usuario, “siempre que fuera negro”. En realidad no se trataba de una verdadera personalización sino de una segmentación para ofrecer distintos modelos a grupos seleccionados de consumidores.

La actual cuarta revolución industrial y la digitalización que la sustenta permiten una verdadera personalización para cada usuario. Se pueden recabar abundantes datos de cada cliente. Lo importante es saber qué datos recoger y de qué forma y en qué momento utilizarlos. El último informe de Accenture, “Pulse check 2016”, ofrece cuatro claves para la personalización de las experiencias de compra que he resumido en la siguiente infografía.

Las 4 Rs de la personalización - infografía Andrés Macario

La importancia que tiene para los consumidores la privacidad de sus datos obliga a las empresas a tener que preocuparse de la manera de recoger y utilizarlos. En el afán para ganar su confianza y que los consumidores compartan sus datos hay que conseguir cumplir una serie de condiciones para un uso eficaz de la información

Primera clave de la privacidad: ser transparente con los datos

El informe mencionado de Accenture muestra que un 70% de los consumidores en internet ven con buenos ojos que algunas empresas como comercios online o plataformas de streaming recojan sus datos personales, siempre y cuando tengan claro cómo van a ser utilizados. La importancia está en que el consumidor comprenda en todo momento la información que se está recogiendo.

Dar el control de los datos al usuario

Normalmente si el cliente cree que tiene el control sobre sus datos es fácil que confíe en la marca. Tres de cada cuatro consumidores no tienen problema en compartir datos en internet si pueden elegir la manera en la que se va a usar. Si permitimos al consumidor que mande sobre su información ganaremos su confianza y fidelidad. Muchos vendedores creen que el éxito de Amazon reside en esto, ya que recordando la información guarda, como las direcciones de envió o las tarjetas de crédito, muestra al cliente que valora su confianza.

Utilizar los datos para una mejor experiencia de compra

La utilización de información personal para ofrecer una experiencia de usuario personalizada satisface a una gran parte de los usuarios de plataformas de video streaming. Dos de cada tres encuestados ven positivo el uso de sus datos por parte de estas plataformas, como Netflix o Hulu, porque les ayuda a encontrar más contenidos. Esto también permite a los consumidores ver que las empresas les tienen en cuenta. Los comercios y los proveedores de servicios que sean capaces de aprovechar estas herramientas ganarán competitividad.

El objetivo de la personalización debe ser facilitar las compras de los productos que el consumidor desea, evitando cruzar la delgada línea que separa la publicidad que es útil para el cliente y la invasiva. Los consumidores que mayor valor adquieren frente a las empresas son aquellos que disfrutan con la compra y la experiencia de marca y no tanto los que van en busca de las ofertas. Por lo tanto, cada dato recogido del consumidor debe ser utilizado cuidadosa y estratégicamente para enriquecer la experiencia por medio de las cuatro claves mostradas en la infografía.

Un paso por delante en personalización

En el empeño por ganar a esos clientes fieles, los comercios están cada vez más motivados para ofrecer experiencias de compra personalizadas. El problema es que las estrategias de personalización carecen de coherencia y se basan en una o dos tácticas que, frecuentemente, se quedan cortas a las expectativas de los clientes. Los usuarios se sienten a menudo sobrepasados por la ingente cantidad de información en el lado de la oferta.

La carga del cliente de elegir entre multitud de productos se facilita con un examen previo que les permite centrarse en buscar lo que quieren y cómo lo quieren. Para llegar a esto se necesita seguir un camino de transparencia, credibilidad y orientación de servicios a la hora de trabajar con los datos de los usuarios. El resultado será una diferenciación en el mercado y un aumento en la fidelidad de nuestros clientes.

Fases de la empresa hasta llegar al inicio de su proceso de transformación digital

Juan Merodio es uno de los principales expertos en España y Latinoamérica en Marketing Digital, Redes Sociales y Transformación Digital. Speaker habitual en congresos, así como profesor de las mejores Escuelas de Negocio y Universidades, entre las que destacan la Rey Juan Carlos, Universidad de Barcelona, IE, Les Roches, ESADE. Participa como mentor y advisor en programas de emprendedores como StartupsMansion en Nueva York o 10 Entrepreneurs en Miami y San Francisco. Es asesor digital de candidatos políticos, así como consultor en marketing digital para empresas en España, LATAM, EEUU y Canadá  colabora habitualmente en distintos medios de comunicación. También es director del Master de Big Data y Analytics en Marketing Digital y de varios programas de Social Media y Redes Sociales. Fundador de varias empresas (Grupo Ellas, Marketing surfers, Emprende Finance, InvierteME o Engage Worldwide) cuyo foco es la transformación y el marketing digital.

Este post ha sido publicado anteriormente en juanmerodio.com

 

inicio-transformacion-digital

La transformación digital es a día de hoy, o debería serlo, un tema candente en el panorama empresarial. Lo que sucede internamente en muchas compañías es que no saben cómo dar los primeros pasos para iniciar estar transformación digital de manera efectiva, y por ello intentan retrasarla al máximo posible pensando que esto pasará, pero la verdad es que no es así.

 

Por ello quiero mencionar varias fases que la empresa vive hasta llegar al punto de comienzo del cambio:

 

Fase 1: Ser como un avestruz que esconde su cabeza bajo tierra y se crea su propia realidad.

Esta es la postura que adoptan muchos altos directivos y empresarios esperando a que pase el tsunami digital, lo que les lleva a vivir en una situación de ceguera a los cambios y por lo tanto perder la posibilidad de una correcta adaptación.

 

Fase 2: Ir contra el “problema”

Esta es la fase en la que se genera una creencia de que es un problema y quieren enfrentarlo, intentando apartarlo a toda costa en lugar de convertir un aparente problema en una ventaja competitiva para la empresa

 

Fase 3: Darse cuenta que es algo real

En este momento entran en conciencia que esto es algo real y que hay que adaptarse y lo hacen de manera poco profesional, invirtiendo pocos recursos y creyendo que así será suficiente. Pasado un tiempo se dan cuenta que no es así, que es una parte del negocio nuevo que requiere de profesionales cualificados y de una reordenación del modelo estratégico de negocio.

 

Fase 4: Me urge tener resultados rápidos

Después de un tiempo se dan cuenta que no se obtienen buenos resultados y toman ahora conciencia real de la magnitud del cambio que es y éste es el momento real donde entran las prisas y deciden ahora si hacerlo de manera real y profesional, con una inversión en recursos a la altura y una profesionalización del departamento.

 

Considero que actualmente muchas empresas están en la transición del punto 3 al 4, por lo que las empresas deben focalizar sus esfuerzos en liderar y gestionar el cambio digital a la nueva realidad empresarial si quieren seguir siendo competitivos.

El gran error de las estrategias digitales

Tristán Elosegui es fundador y consultor de marketing online en Matridiana. Lleva trabajando en Internet desde 1999. Ha trabajado en diferentes empresas como Digital+, ING Direct, Vocento, Secuoyas o Ruiz Nicoli. También ha sido VP of Strategy para España y Latinoamérica en iCrossing.
Da clases y es conferenciante en diferentes centros (Kschool, IE, ESADE, CEU, ISIL, CESMA, ExpoMarketing Colombia, Ecommerce day Chile o Emobile evolution). También ha escrito tres libros. El último “Marketing Analytics: cómo definir y medir una estrategia digital”. Este post ha sido publicado previamente en su propio blog, que ha sido premiado todos los años desde su lanzamiento en 2009. Puedes encontrar este y otros artículos interesantes en: http://tristanelosegui.com/
El link al articulo completo orginal lo puedes encontrar aqui
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El pasado 27 de mayo tuve el honor de participar en el mayor evento de marketing de Latinoamérica:Expomarketing 2016presentar ante más de 2.100 personas y conocer a profesionales de la talla de Uri Levine (fundador de Waze), Mark Randolph (fundador de Netflix), Vilma Nuñez o Juan Carlos Mejía (presentación del evento y listado de ponentes completo).

Mi conferencia trató sobre uno de los errores más comunes cometidos por las empresas a la hora de definir y ejecutar una digital.

A continuación os dejo:

  1. Breve resumen de la presentación.
  2. Vídeo de 30’ que fue compartido por Twitter
  3. Fotos y tuits del evento.
  4. Artículo en la revista Marketing News Colombia.

¿Cuál es el objetivo de la mayoría de estrategias digitales? Vender, ¿no? Y ¿cuántos de los responsables de estas estrategias piensan que no están obteniendo los resultados que esperaban? La mayoría.

Los motivos de los malos (o no tan buenos) resultados pueden ser muy diversos, pero uno de los más comunes es centrarse exclusivamente en las ventas.

¿Qué ocurre si nos centramos exclusivamente en la venta?

Que no controlamos ni la calidad, ni el volumen de los leads y ventas que consigamos. Nos estamos dirigiendo a personas que ya han tomado la decisión de compra, por lo que no estamos influyendo en sus etapas previas (conocimiento y consideración).

Esto provoca que los resultados sean peores y que ‘nada’ funcione (medimos todas las acciones, sean del tipo que sean, por las ventas conseguidas).

En la presentación podéis ver el planteamiento completo y la solución que planteo.

Os dejo dos vídeos en los que hablo sobre el análisis de situación y la definición de un insight (grabados por la agencia Image Más Media).
Para terminar os dejo el artículo que escribí sobre el futuro de Internet para la revista Marketing news Colombia: 2017 año de la segunda madurez de Internet.

Coaching e Inteligencia Emocional en el mundo corporativo (Parte II)

*Continuación del post «Coaching e Inteligencia Emocional en el mundo corporativo (Parte I).

Qué es la inteligencia emocional y para qué sirve

Podemos acudir a las diferentes definiciones de Inteligencia Emocional (IE) que encontramos en los manuales de los grandes gurús como Daniel Goleman (padre de la Inteligencia Emocional), Martin Seligman (máximo exponente de la Psicología Positiva) o Howard Gardner (creador del concepto de Inteligencias Múltiples), y allí encontraremos definiciones precisas y poniendo el foco en diferentes aspectos.

Creo que la mejor forma de definir lo que es IE es acudir a una metáfora. Imaginemos un coche. Un coche tiene una parte interna y otra externa. La parte interna es lo que no vemos, lo que está escondido a simple vista, pero en realidad es la parte que hace funcionar: el motor, los mecanismos internos, las transmisiones eléctricas, etc. Y lo externo es lo que vemos: la carrocería, el diseño, la estética, etc. Ambas partes son igualmente necesarios para dar vida a un vehículo.

Pues bien, las personas también tenemos dos partes diferenciadas cuando nos referimos a inteligencia emocional: por un lado está nuestra parte interna, que denominaremos la inteligencia intrapersonal; y por otro lado está nuestra parte externa, que denominaremos inteligencia interpersonal.

Con la inteligencia intrapersonal resolvemos las cuestiones que tienen que ver con nuestro autoconocimiento, autorregulación emocional (la gestión de las emociones) y automotivación; y con la inteligencia interpersonal resolvemos las cuestiones que tienen que ver con las relaciones que establecemos con otras personas, y utilizamos herramientas como la empatía, la asertividad, la comunicación, el liderazgo, etc…en suma lo que denominamos habilidades sociales.

Una de las confusiones que trae consigo este concepto, es identificar la Inteligencia Emocional, con el control de las emociones. La gestión de las emociones es una parte más de la IE, y para ser más inteligentes en la gestión de las emociones es necesario manejar dos entornos: la gestión de uno mismo (autocontrol) y la inteligencia social (empatía, asertividad). De esta forma, seremos capaces de minimizar los vaivenes emocionales que sufrimos antes determinados hechos.

Por lo tanto, la Inteligencia Emocional nos permite conocernos mejor a nosotros mismos, respondiendo a cuestiones tales como quién soy, qué quiero, cómo lo quiero, por qué y para qué, y de esa forma tener identificados mis valores, mis cualidades o fortalezas, cómo me relaciono con mi entorno, cómo me motivo y cómo lidero mi vida. Y por otro lado, nos permite relacionarnos con nuestro entorno de una forma más efectiva entrenando habilidades como la escucha, la empatía, la asertividad, la comunicación o el liderazgo.

Integración en el mundo empresarial

No es de extrañar que cada vez más empresas comiencen a estar interesadas en ambas áreas, coaching e inteligencia emocional, debido a los beneficios que se pueden obtener a través de ambas disciplinas.

El coaching nos permite afrontar un proceso de cambio, mientras que la Inteligencia Emocional nos permite conocernos a nosotros mismos y conocer cómo nos comportamos con nuestro compañero y con el grupo, y nos ofrece herramientas para poder mejorar ambos aspectos.

En este sentido, el coaching está íntimamente ligado a la IE: el poder de las emociones, el proceso de autoconocimiento que se desarrolla durante el proceso, el establecimiento de competencias laborales como objetivos del proceso, la escucha y la empatía como principales herramientas de los procesos de coaching… todo esto hace que se establezca una ligazón entre ambas disciplinas, y a mayor inteligencia emocional, más efectivos y eficaces serán los procesos de coaching que se establezcan. Y a la inversa, un proceso de coaching permitirá emerger partes de nuestra inteligencia emocional, tan necesarias para el día a día en la empresa en particular y en la vida en general.

En mi opinión, trabajar la IE en las organizaciones a través de procesos de coaching, puede ser una de las grandes herramientas para mejorar los resultados, consiguiendo objetivos extraordinarios. Por ejemplo, una empresa con interés en mejorar la motivación de sus trabajadores, podría realizar un estudio detallado de los factores que determinan la motivación entre sus empleados y a través de herramientas de Inteligencia Emocional, y establecer qué recursos son necesarios tocar, para elevar los niveles de motivación, siguiendo un proceso de coaching de equipos, ejecutivo o personal.

 

 

Sobre su autor

Jose Javier Torre, es licenciado en CC. Económicas y certificado como Executive Coach. Es también Facilitador de Lego Serious Play y experto en Inteligencia Emocional. Durante 15 años trabajó en una multinacional del sector de la Tecnología de la Información, pero en 2014 decidió cambiar por completo el rumbo de su vida y su trabajo e iniciar un camino que le ha permitido descubrir su motivaciones más profundas. Actualmente trabaja como executive coach y formador en talleres de competencias personales y profesionales.

Coaching e Inteligencia Emocional en el mundo corporativo (Parte I)

Sobre su autor

Jose Javier Torre, es licenciado en CC. Económicas y certificado como Executive Coach. Es también Facilitador de Lego Serious Play y experto en Inteligencia Emocional. Durante 15 años trabajó en una multinacional del sector de la Tecnología de la Información, pero en 2014 decidió cambiar por completo el rumbo de su vida y su trabajo e iniciar un camino que le ha permitido descubrir su motivaciones más profundas. Actualmente trabaja como executive coach y formador en talleres de competencias personales y profesionales.

 

 

Hablar de coaching y de inteligencia emocional está de moda, sin embargo cuando lanzas la inocente pregunta de qué es el coaching o qué es la inteligencia emocional, puedes obtener respuestas para todos los gustos y muchas de ellas, muy alejadas del significado real de estas disciplinas.

Y si la pregunta la hacemos en un ámbito laboral, en muchos casos obtendremos una respuesta, mezcla de cinismo y escepticismo, que viene a decirnos: “no me vengas con cuentos, que esto no es para mí”. Sin embargo, si comenzamos a indagar qué es lo que hay detrás de estas palabras de moda y para qué sirven, nos haría ver que ambas disciplinas pueden ayudarnos a lograr los objetivos personales o profesionales que nos propongamos.

Quizá lo importante es conocer qué es cada cosa, explicar para qué sirven, y ver cómo me puede ayudar a conseguir determinados objetivos o superar situaciones que me están limitando o bloqueando. Al final del análisis, descubriremos que ambos conceptos se complementan, y nos permiten avanzar en la consecución de logros extraordinarios.

Qué es el coaching y para qué sirve

Hay tantas definiciones de coaching como coaches hay por el mundo, y en todas ellas aparece una idea explicita o implícita: el cambio. El coaching es un proceso de cambio y transformación, que permite un desarrollo personal y profesional de la persona que lo recibe, y que le lleva a un lugar mejor, mejorando el nivel de bienestar de la persona que lo recibe. A mi me gusta definir el coaching, “como un proceso de transformación, donde el coach acompaña a su cliente (denominado coachee), a descubrir una nueva mirada ante algo que le está sucediendo”.

Así pues el coaching sería una potente herramienta para el desarrollo personal y profesional, para desarrollar la capacidad de superación, de eliminar obstáculos y de conseguir resultados. Sólo hay un requisito para poder desarrollar este proceso con éxito: el compromiso del cliente. Es decir, nadie cambia si no quiere cambiar. Por lo tanto, en el fondo el coaching es un asunto de motivación: sólo las personas motivadas harán el esfuerzo necesario para poder hacer emerger lo que permanece oculto en su interior, reforzando sus fortalezas y minimizando sus debilidades.

A partir de aquí, la cuestión está en determinar para qué sirve el coaching, o cuando lo podemos aplicar. Se puede aplicar a personas que tienen objetivos profesionales (promocionarse en una empresa, crear una empresa, conseguir un puesto de trabajo) o personales (conocerse mejor, cambiar creencias, comunicarse mejor, reenfocar su vida); y a personas que quieren desarrollar determinadas habilidades de relación, de gestión, etc. En suma, conseguir objetivos y/o desarrollar habilidades, ya sea en un plano personal o profesional, son los escenarios donde podemos plantear un proceso de coaching.

Otro de los temas que suscita más confusión es qué diferencia existe entre el coaching personal y el ejecutivo. En realidad, los principios y las bases son exactamente los mismos, la diferencia está en los objetivos que se marcan en cada ámbito de actuación, aunque es muy probable que cuando estemos en un proceso de coaching ejecutivo terminemos tratando objetivos personales, porque no hay que olvidar que al final, el coaching se realiza a personas, ya sea en su ámbito profesional o personal, y realmente, es imposible desligar ambos planos.

Así el coaching personal está pensado para personas que necesitan concretar un objetivo o una meta, o están en un proceso de transformación personal y profesional, o están buscando una oportunidad para cambiar, o hay algo que limita algún área de su vida, o necesita encontrar el propósito y sentido a lo que hace, o no se siente feliz, ni disfruta con lo que hace y quiere cambiar.

Mientras que el coaching ejecutivo se utiliza cuando un directivo quiere sentirse más desarrollado en su trabajo, o una organización requiere mayor cohesión entre su equipo, o se necesitan gestionar los cambios en una organización, o una persona necesita desarrollar habilidades de gestión y otras competencias, o un trabajador necesita sentirse más feliz en su trabajo y tener mayor productividad.

En suma, cualquier persona puede necesitar en cualquier momento de su vida la ayuda de un coach, ya sea para reencontrarse, reorientar su carrera profesional, desarrollar ciertas habilidades o gestionar mejor un equipo o una organización.

En mi opinión, y por experiencia propia, primero como coachee y posteriormente como coach, el coaching es un regalo que te haces a ti mismo, y que te lleva a un lugar diferente y mejor, donde pasan cosas, y hay un crecimiento personal y profesional. Ahora bien, en el coaching no hay recetas mágicas, ni el coach te va a dar la solución, eso lo hace el coachee: tú decides cuál es tú receta mágica y cómo aplicarla.

 

 

Reconfigurar el proceso comercial con urgencia

*Este post pertenece al blog y ha sido previamente publicado el 29 de febrero del 2016. Rafael, su autor,  es consultor de Marketing y Ventas, trabaja habitualmente para empresas del sector TIC y de la tecnología, en este momento también es socio de una empresa del área Cloud Computing

 

 

Es lógico, han sido muchos años de cambios en el proceso comercial de la mayoría de las empresas y ese parcheo han anquilosado la secuencia de acciones nuevas y antiguas que caminan juntas de forma forzada. Ha llegado el momento idóneo para que realizamos una reconfiguración del proceso principal de la empresa, el del logro y retención de Clientes, por lo que comentamos, ya está claro que no sólo los profesionales del ámbito comercial son los involucrados, conseguir y Clientes y mantenerlos leales es cosa de todos. Si no está de acuerdo o dispuesto a este alcance, no hace falta que siga leyendo.

El proceso comercial básico, el fundamental, el que podríamos resumir como: conseguir que el máximo número de Clientes potenciales sepan de la existencia de tu producto, de cómo se diferencia de la competencia para darles ventajas competitivas y cómo estaremos con ellos para que sigan manteniendo esas ventajas a través del tiempo incorporando las novedades del mercado y de la tecnología que vayan apareciendo, con un precio competitivo y facilitando el acceso por el canal preferido por cada Cliente.

Hemos pasado por hacer rutas comerciales larguísimas visitando a Clientes potenciales, a hacernos presentes por medio de agentes comerciales, a las redes de distribución, a la publicidad, a las acciones de los gerentes de cuentas y un largo etcétera. Hemos reformado el proceso comercial frecuentemente con parches que lo han ido actualizando y adaptando a los tiempos. Por ejemplo, ahora muchas empresas utilizan las herramientas 2.0 y han incorporado webs muy interactivas, han creado un blog o todos sus profesionales están en LinkedIn, pero cuando miramos en detalle todos esas composturas les falta fondo y estructura: los contenidos no valen nada, los comerciales tienen 145 contactos en LinkedIn o alguien te ha ayudado a tener 5.000 contactos que no conoces ni les interesa para nada tu producto y nos hay ninguna política para el uso de los medios sociales.

Así estamos y es necesario el replanteamiento del proceso comercial, volver a encajar bien todas las piezas del puzle y con un método de gestión del proceso comercial, un sistema de comunicación comercial entre los profesionales y sus jefes de ventas y/o directores comerciales, para que de una forma ágil este siempre gestionado y mejorando a través de las aportaciones de todos los profesionales involucrados.

¿Para qué planificar la estrategia y proceso comercial si nadie lo va a seguir después? Pues es una buena pregunta. La respuesta es que la planificación falla porque no hay un sistema de ejecución. Lanzamos a los comerciales al mercado esperando que vuelvan con las redes llenas. Al que la trae vacía con asiduidad se le acaba despidiendo o se acaba yendo porque su gran parte variable no cubre las necesidades de su casa. Mal método. La gestión comercial de los equipos de venta debe cambiar, aprovechando todo lo que hemos aprendido durante los años de experiencia comercial e incorporando las facilidades que han aparecido últimamente, sin odiarlas ni siguiéndolas sin corazón.

Alrededor de ese proceso comercial reconfigurado todo gira con naturalidad: los CRMs, los logros comerciales, las estrategias comerciales, las acciones de los profesionales, el avance en las operaciones y/o Clientes. No es complicado, sólo necesita orden, racionalización y un método de ejecución orientado al logro a través del proceso, eso sí.

¿POR QUÉ TENGO QUE ADAPTAR MI ESTILO DE VENTA?

*Este post pertenece al blog http://www.estrategiapractica.com/ y ha sido previamente publicado el 31 de enero del 2016.  Diego Martín, su autor, ha colaborado en alguna otra ocasión en Marketingstorming. Diego trabaja como consultor y  ha colaborado con empresas de varios sectores como industria, finanzas, innovación, tecnología, servicios profesionales, automoción, construcción, agricultura… También ha sido emprendedor con su propia escuela de formación.

 

Una de las características de los buenos vendedores es que son capaces de adaptar su estilo de venta a cada interlocutor. De hecho, la principal ventaja de la venta directa es esa capacidad de adaptación del discurso de venta a cada cliente potencial. Por eso, todo buen vendedor tiene que ser sensible a las necesidades de los clientes y a las circunstancias del entorno para poder ajustar su estilo de venta.

Hasta en simple conversación, debes estar atento para descubrir las diferentes reacciones del cliente y adaptar rápidamente tu estilo de venta. Así puedes pasar de un enfoque más informal a otro más profesional o puedes pasar de focalizarte en unos beneficios del producto u otros. En definitiva debes tener suficientes recursos para adaptar tu estilo de venta a cada situación.

¿DEBO CLASIFICAR A MIS CLIENTES?

Aunque debes tener la capacidad de atender a cada cliente de forma completamente diferenciada, la realidad es que adaptar el mensaje y el enfoque a cada cliente puede significar un sobresfuerzo innecesario que además no genera resultados óptimos.

Una estrategia que da mejor resultado es la creación de tipologías de clientes en los que clasificar cada prospecto antes de comenzar la conversación. El objetivo de crear esta tipología de clientes es mejorar tu agilidad mental y permitirte obtener más capacidad de reacción para desarrollar tu creatividad a la hora de relacionarte con el cliente.

La mejor forma de realizar esta clasificación es mediante características psicológicasrelacionadas con la personalidad y el estilo de vida del cliente. De poco sirve categorizar por atributos demográficos como género, edad o cargo en la empresa. Además la ventaja principal de la clasificación por atributos psicológicos es que automáticamente sugieren una estrategia de estilo de venta para aplicar.

¿CÓMO CLASIFICAR LOS ESTILOS DE VENTA?

Lo primero que tienes que hacer es entender cuál es tu estilo de venta. Después debe de descubrir cuál es el estilo de los distintos tipos de clientes de tu empresa y por último, cómocrear una estrategia que adapte el estilo de venta de cada cliente identificado.

Para ello, y como forma de simplificación, se pueden establecer cuatro tipos de estilos de venta basados en dos dimensiones:

  • Nivel de emotividad: esfuerzo en controlar y mostrar las propias emociones a los demás
  • Nivel de iniciativa: esfuerzo en controlar e influenciar las acciones y pensamientos de los demás.

Utilizando estas dos dimensiones creamos estos cuatro grupos en donde puedes clasificar tanto a los vendedores como a los clientes:

  • Analíticos: Evitan riesgos, racionales, disciplinados, formales y que preguntan con frecuencia
  • Amigables: Asertivos, informales, un poco desordenados, cooperativos y de trato fácil
  • Expresivos: Emocionales, abiertos, asumen riesgos y construyen relaciones
  • Conductores: Directos, competitivos, controladores, racionales y formales

Por supuesto, esta clasificación es una mera aproximación y que la realidad es mucho más compleja y llena de matices, pero esta clasificación es un punto de partida muy válido.

Debes hacer un esfuerzo personal de autoevaluación y decidir cuál de estos perfiles es más predominante en tu estilo de venta. Ninguno de estos estilos es mejor o peor que el resto, por lo que deberías ser honestos contigo mismo a la hora de realizar esta autoevaluación.

Si conocerte a ti mismo puede ser un reto, tratar de clasificar a un cliente en cada una de estas categorías puede ser un poco más complicado. Por eso, para identificar a cada tipo de cliente puedes fijarte en ciertos detalles:

  • Analíticos: Formación técnica, despacho muy orientado al trabajo, se ve mucha actividad, vestimenta relativamente formal y gusto por actividades de ocio individuales
  • Amigables: Formación de letras, la oficina tiene una atmosfera acogedora con fotos de su familia, vestimenta relativamente informal y gusto por actividades de ocio individuales
  • Expresivos: Formación de letras, con frases de motivación en la pared, ambiente acogedor aunque desordenado, vestimenta relativamente informal y gusto por actividades de ocio grupales.
  • Conductores: Formación técnica, oficina con premios y diplomas en la pared, el calendario está bien visible, vestimenta relativamente formal y gusto por actividades de ocio grupales

¿CÓMO AJUSTAR TU ESTILO DE VENTAS?

Ahora que ya sabes cuál es tu estilo de venta y el de tu interlocutor, puedes adaptar tu estrategia para ser más efectivo. La clave es trabajar sobre las dos dimensiones que habíamos identificado: nivel de emotividad y nivel de iniciativa. Así tienes que aumentar o reducir la expresión de emociones o tomar más o menos la iniciativa durante la conversación.

Por ejemplo si quieres mostrar un estilo de venta con más iniciativa, trata de ser más directo, evitar vaguedades y facilitar información específica. Si por el contrario deseas aumentar tu emotividad realiza escucha activa, expresa tu entusiasmo y dedica más tiempo en desarrollar la relación a parte de los negocios.

¿CÓMO PREPARARTE?

La preparación es la clave de toda negociación. Para preparar las reuniones con éxito necesitas tener conocimiento sobre las situaciones de venta más comunes a las que se va a enfrentar. Una vez que conoces esas situaciones necesita desarrollar una estrategia apropiada que puede implicar poner en práctica un estilo de venta diferente.

Hay dos formas de obtener este conocimiento: experiencia propia o formación. Aunque la experiencia propia puede parecerte más intuitiva y fácil de conseguir, a veces es más complicado porque necesitas tener la suficiente motivación intrínseca de aprender de tus aciertos y fracasos. Es imprescindible una actitud abierta a experimentar con diferentes estilos de venta para aprender de los resultados.

Por otro lado, la formación debería ser facilitada por la empresa o por una consultora externa que conozca el sector. Así pueden crear actividades prácticas donde los participantes pueden aprender nuevos estilos de venta que pueden aplicar directamente en su puesto de trabajo.

Ajustar el estilo de venta a cada cliente, es uno de los elementos que garantizan más éxito para vender. En ocasiones esta adaptación se realiza de forma intuitiva, pero en otras ocasiones es necesario hacer un esfuerzo para mejorar como vendedor.

Descubriendo el potencial del Big Data para la banca

banca

Daniel Lorrio

IT Senior Auditor at Santander Bank

En la época actual que nos está tocando vivir, marcada por la austeridad, las principales economías de la zona euro entrando y saliendo de la recesión, parece que no conseguimos ver la luz al final del túnel.

Con todo ello, parece que los bancos están empezando a mirar su negocio con otros ojos. La relación con el cliente debe ser revisada, con los bancos planteándose si las estrategias utilizadas ahora funcionaran bien mañana. Están empezando a darse cuenta de que, con la enorme cantidad de información que poseen de los clientes, si esta fuera fácilmente accesible y administrada eficientemente en términos de coste, podrían generar infinitas nuevas oportunidades, tanto para ellos como para sus clientes.

Hasta ahora, a pesar de los avances que han hecho las entidades en la mejora de sus operaciones, se ha hecho relativamente poco uso de la información contenida en sus propias bases de datos, no hablemos por tanto de fuentes externas. Con el continuo incremento en el volumen de datos generados (70 % más antes del final de la década) esto necesariamente debe cambiar.

Por otro lado, el coste de almacenar datos y análisis no para de caer, lo que significa que la oportunidad de maximizar las oportunidades que brinda el Big Data está ahora al alcance de la mayoría de la industria financiera.

El valor del Big Data para la Banca Retail es estimado en más de 8 mil millones de euros los próximos cinco años. El ejemplo más claro es la inmediata reducción de costes en la administración de fraudes. Para hacernos una idea el coste estimado del fraude en la industria de UK asciende a más de 2 mil millones por año. Con Big Data, localizar un pequeño número de transacciones fraudulentas en un océano de pagos legítimos resulta menos complicado, todo ello a pesar de los constantes cambios en los patrones de comportamiento de los pagos electrónicos.

Analizar nombres de clientes contra listas negras puede resultar extremadamente complicado sobre todo porque una entidad puede tener múltiples clientes con el mismo nombre o muy parecido. Cada nueva búsqueda puede levantar una falsa alarma generando una mala imagen para el banco y estropeando la relación con el cliente. Usando Big Data este riesgo reputacional puede ser gestionado y mitigado.

Otra aplicación podría ser reforzar la gestión de la relación con el cliente, mediante la recopilación de información pública, como movimientos en el precio de las acciones, enviando esta información a los equipos adecuados que entiendan las necesidades de los clientes clave y les ayuden en la toma de decisiones.

Pero el área con mayor potencial para el Big Data en las Entidades Financieras es crear nuevas líneas de ingresos. Estando posicionados como parte clave de los pagos web, los bancos tienen una visión única, de cómo, dónde, con quien y cuando, los clientes gastan su dinero. Analizando esta información, los bancos pueden alcanzar un entendimiento del comportamiento del cliente que deberían ser capaces de monetizar en algún momento.

Ejemplo de este tipo de nuevas líneas podrían ser acuerdos con comercios, intentando entender donde los clientes viven en función de la ubicación de los pagos. Esta información podría servir a los comercios para perfeccionar su estrategia de localización. Otra sería acuerdos con comercios para el envío de descuentos en determinados comercios por el uso de sus tarjetas. Conociendo el comportamiento del cliente se podría conocer el tipo de Partner que más interese a la entidad financiera. Las posibilidades son infinitas.

Plataformas con Feelcapital o Wealthfront son también una muestra del potencial del correcto análisis de clientes y pueden ser un modelo a seguir por los bancos como nuevas líneas de negocio.

Por último, reseñar el gran problema que se están encontrando las entidades financieras para encontrar este tipo de profesionales, que además de los skills técnicos necesarios conozcan suficientemente bien el sector bancario. Pero esto será objeto de análisis en profundidad en otro artículo.

¿Cuál es la propuesta de valor de tu empresa?

Diego Martin – Consultor Senior en Liberty Seguros y Autor del blog estrategiapractica.com

 

 

Pocas cosas más importantes para una empresa que definir su propuesta de valor (value proposition). La propuesta de valor permite definir el posicionamiento y con ello la estrategia de la empresa. Tratar de acotar a qué se dedica realmente una empresa es imprescindible para definir la estrategia de futuro y asegurarnos de que todas las acciones sean coherentes y estén perfectamente coordinadas.

Hace algún tiempo colaboré con Ejercitando S.L., una start-up que ofrece sesiones deportivas en el centro de trabajo. Comencé a trabajar con ellos cuando apenas llevaban unos meses en el mercado y media docena de clientes. Necesitaban definir la estrategia a seguir para los próximos años, pero antes de poder llegar a ese punto era necesario definir cuál era su propuesta de valor.

Conoce la empresa en profundidad

Las primeras semanas de trabajo nos dedicamos a conocer la empresa y su entorno. Los puntos más importantes para este análisis de situación se pueden resumir con las 5C’s:

  • Compañía: Análisis de la historia de la empresa, recursos disponibles, características de los dueños, localizaciones, servicios ofrecidos…

La empresa tenía 7 meses de vida y la dueña era la única trabajadora de la empresa. Por tanto, María era el principal recurso de la empresa. Ella estaba altamente cualificada y motivada para liderar este proyecto. Ofrecía dos tipos de servicios principales: sesiones individuales y sesiones grupales en empresas. Adicionalmente realizaba planes nutricionales y vendía suplementos alimenticios.

  • Clientes: Evaluación de los tipos de clientes y sus necesidades.

Ejercitando S.L. tenía dos tipologías de clientes: el empresario o responsable de RRHH que contrataba sus servicios; y el usuario, que era el trabajador de la empresa contratante. Para el empresario lo principal era la rentabilidad de la inversión (mayor productividad, menor rotación de trabajadores…); mientras que para el trabajador lo importante eran los beneficios que las sesiones tenían para su bienestar.

  • Competidores: Definición de los competidores directos, sustitutivos y potenciales.

No teníamos competidores directos en nuestro entorno, pero los gimnasios de la ciudad no tendrían mucha dificultad de ofrecer servicios similares si veían que este era un buen negocio

  • Colaboradores: Identificación de las principales alianzas y distribuidores.

Los clientes eran los principales colaboradores al aportar siempre sus instalaciones. Otro gran colaborador era una empresa de suplementos nutricionales con la que María hacía dietas a medida.

  • Entorno: La pregunta principal es ¿cómo influye la legislación actual en el desarrollo de este negocio?

El gobierno regional establecía una serie de subvenciones y deducciones a las empresas que realizasen ciertas actividades que promovieran la vida sana.

Usa listas de atributos

Una vez aclarados los aspectos más importantes de la empresa y su entorno, había que hacer la parte más difícil y definir la propuesta de valor. Para eso recomiendo un sencillo ejercicio. Se trataba de realizar una lista con los atributos asociados a la empresa.

En una pizarra preparamos dos columnas. La columna de la izquierda se llamaba “Ejercitando S.L. es” para los conceptos asociados a la empresa; y la columna de la derecha se llamaba “Ejercitando S.L. no es” que aclaraban lo que no puede asociarse a la misma. Por ejemplo, a la derecha teníamos conceptos como: funcional, método científico, personalizado, eficiente en tiempo, bienestar, etc. A la derecha incluimos conceptos como instalaciones fijas, cuesta esfuerzo extra, marca conocida, etc. En poco más de una hora teníamos un mapa conceptual de atributos asociados a la empresa y de atributos opuestos a la misma.

Define los principales atributos

El siguiente paso era darle más profundidad a los conceptos más importantes. De este modo seleccionamos sólo 5 conceptos de los más de 30 que había en las listas. Ahora se trataba de asegurarnos de que todos entendíamos claramente a qué nos referíamos con esos conceptos. Este es un punto clave, porque da consistencia a la proposición de valor y permite realizar una estrategia y comunicación eficaz.

Por ejemplo, uno de los conceptos escogidos fue “método científico”. Desarrollando el significado de este concepto para Ejercitando S.L. llegamos a la conclusión que nos referíamos a que los beneficios de las sesiones venían avalados por investigaciones científicas independientes; los entrenadores eran profesionales con capacitación oficial; y que los resultados se medían de forma sistemática.

Escribe tu proposición de valor

Tras estas dos etapas ya teníamos claro cómo definir la proposición de valor para Ejercitando S.L.:

Ejercitando S.L. ofrece programas de bienestar en empresas que aumentan los resultados de los trabajadores al implementar herramientas nutricionales y deportivas personalizadas.

Como puedes ver, en la propuesta de valor no está el concepto “método científico”. Sin embargo está remarcado el concepto de “resultados” que representa mejor este concepto para los clientes.

Establece el posicionamiento de tu empresa

Ahora era fácil determinar el posicionamiento de la empresa y con él, trabajar en la estrategia para el futuro. El posicionamiento se definió como una herramienta para para mejorar los resultados empresariales. De esta forma, los clientes que buscasen formas para mejorar el rendimiento en su empresa, podrían pensar en contratar los servicios de Ejercitando S.L. Gracias a este nuevo posicionamiento y la estrategia definida posteriormente, Ejercitando S.L. consiguió mejorar notablemente sus resultados en pocos meses.

El secreto de Häagen-Dazs

Daniel Vecino

Creador y autor de “El Plan del Héroe. Un camino gamificado y lean en busca de tu estrategia ganadora”. Experto en estrategia ágil y neuromarketing.

Lo reconozco, soy un fan de los helados. Los como durante todo el año, y prácticamente me gustan de todos los sabores.

No tanto como para inclinarme por extrañas variedades como el de chorizo y caramelo, uno de los más vendidos en Nueva York en OddFellows Ice Cream, pero casi. Es más, uno de los momentos más placenteros que recuerdo, fue entrar en la increíble heladería Della Palma en Roma, donde puedes perderte entre los más de 150 sabores diferentes que siguen ofreciendo cada día. Todos ellos de una calidad insuperable.

Pero reconozcámoslo, hablar de helados, es hablar por méritos propios de Häagen-Dazs. Es difícil que no los hayas probado nunca. Y más que no hayas participado en alguna ocasión, en una distendida conversación entre amigos, tratando de dilucidar cuál es el mejor de todos los sabores que ofrecen. El de vainilla con nueces de macadamia, el de chocolate belga,… uhm! A quién no se le hace la boca agua. Pero dejémonos de torturas culinarias, y centrémonos en lo importante de esta historia.

El poder de las percepciones

Mientras piensas en Häagen-Dazs, me gustaría que por un momento cerraras los ojos (pero sin dejar de leer), y trates de responder a las siguientes preguntas:

  • ¿Cuál es la primera imagen que te viene a la cabeza al pensar en sus helados?
  • ¿Qué colores visualizas al recordar su logotipo y establecimientos?
  • ¿Asocias el comerte un helado Häagen-Dazs, con algún momento concreto del día? ¿Con algún estado de ánimo?
  • ¿Dirías que son helados premium?
  • ¿Häagen-Dazs representa tradición o modernidad?
  • ¿Cuándo crees que fue fundada la compañía? Y especialmente, ¿dónde?

Te confieso que este test no es nuevo. Una y otra vez lo pongo a prueba en algunos de los talleres y conferencias que imparto. La experiencia en este caso me dice, que una gran mayoría de los encuestados, aunque no todos, asocian Häagen-Dazs con:

  • Imágenes íntimas y acogedoras.
  • Colores como el granate y el dorado.
  • Helados que se disfrutan en momentos especiales, buscando en muchos casos una recompensa, apoyado en el carácter premium que casi todos le confieren.
  • Una marca que evoca cultura, tradición y calidad, y que, en muchas ocasiones por el nombre, la mayoría localiza su origen en países como Noruega, Suecia o Bélgica.

Frío y de chocolate

Colores nobles y robustos, calidad, tradición, y un origen asociado al frío y a los chocolates de la máxima calidad. Son los ingredientes que forman la percepción que muchos de nosotros nos creamos como clientes, y que nos hacen soñar con una experiencia premium pero accesible, tremendamente reconfortante.

Un 10 para Häagen-Dazs. Y un 10 por ser capaces de crear en nuestra mente esa potente percepción, totalmente alineada (FocoFocoFoco), con su principal objetivo de negocio: facilitar momentos de disfrute únicos a través del helado. Pero…

  • ¿Siempre fue así?
  • ¿Es solo la incuestionable calidad de sus productos, lo que construye dicha percepción?
  • Y en caso contrario, ¿cómo ha conseguido Häagen-Dazs crear en nuestras mentes esa mágica percepción?

La respuesta está en el marketing, y en lo que Antonio Damasio denominó, marcadores somáticos.

Los marcadores somáticos

Sin entrar en tecnicismos, te diré que los marcadores somáticos facilitan la toma de decisiones, a través de relaciones establecidas entre nuestra propuesta (un producto, servicio, empresa o nosotros mismos), y elementos de los cuales deseamos absorber parte de sus cualidades.

Por ejemplo, si queremos que un perfume se perciba como sexy, podemos utilizar estilizados y sensuales recipientes, que evocando la silueta de un cuerpo desnudo, nos permitan inferir desde fuera ese componente sexy.

O si queremos crear la percepción de que un nuevo modelo de gafas de sol son “lo más de lo más”, lucharemos porque la IT GIRL más de moda del momento, aparezca con ellas puestas.

El perfume o las gafas en si mismas, no tienen la cualidad de ser sexy o “molonas”. Es la relación con elementos terceros lo que nos permite sellar esa percepción en nuestras mentes. Y eso Häagen-Dazs lo hace francamente bien.

¿Noruega? ¿Bélgica?…

¿Te has preguntado de dónde viene el nombre Häagen-Dazs? O incluso, ¿qué significa?

Siento romper el hechizo, pero Häagen-Dazs es una palabra inventada. Y su objetivo, generar la percepción de que la empresa que hay detrás, tiene su origen localizado en la cuna de los buenos chocolates y del frío.

Algo realmente curioso teniendo en cuenta que fue fundada en el Bronx (New York) en 1961. Es más, en los primeros envases, se incluyó el contorno de Escandinavia, y palabras como Oslo, Copenhage y Estocolmo, para reforzar esa relación. Más curioso todavía es saber, que Häagen-Dazs no dispone de ningún establecimiento en Escandinavia.

Así que tenemos un nombre, que representa un potente marcador somático sobre el que se apoya el resto de “la historia” que la marca quiere que nos contemos:

  • Los colores granates y dorados los asociamos habitualmente al lujo y la tradición.
  • La iluminación de sus locales, cálida, tenue, íntima.

Todo lo que se respira alrededor de Häagen-Dazs está alineado para que seamos capaces de construir esa percepción.

Algo que indudablemente puedes y debes hacer tu mismo con tu empresa, producto, servicio o marca personal. Y que gracias a métodos como El Plan del Héroe, ahora puedes trabajar de manera ágil, sencilla, efectiva, e incluso gamificada. Para ello, sigue estos pasos:

  • Determina quién es tu cliente objetivo
  • Analiza cuál es tu mantra. Qué necesidades vas a satisfacer en tus clientes.
  • Determina qué valores quieres que cuente la historia asociada a tu marca, siempre y cuando estén alineados con la satisfacción de la necesidades de dichos clientes.
  • Establece relaciones con elementos terceros, que te ayuden a construir dichas percepciones.

Y eso sí, nunca olvides que de nada sirve crear percepciones, si detrás de ellas no hay una propuesta que las sustente. Quizás Häagen-Dazs no tenga su origen en Noruega o Bélgica. Poco importa la verdad. Especialmente si tenemos en cuenta, que sus productos están realmente buenos.

¿Te apetece un helado?

Acerca de Daniel Vecino

Creador y autor de “El Plan del Héroe. Un camino gamificado y lean en busca de tu estrategia ganadora”. Experto en estrategia ágil y neuromarketing.

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