Innovación: Reflexiones de un fraile que antes fue cocinero

Miguel Blanco

R&D Commercialization Manager en 3M Iberia 

En el entorno laboral de una multinacional, una ventaja que proporciona la edad —y no la única—es que, salvo las rarísimas excepciones de los que se jubilan en el mismo puesto en el que ingresaron, uno acaba pasando por muchas funciones (Marketing, Ventas, Técnico, Staff, etc.). Y como cada una de ellas te impregna de su propia pátina —no necesariamente miscible, de entrada, con la anterior— el resultado final resulta enriquecedor y acaba convirtiéndose en eso que llaman “la perspectiva que proporciona la experiencia”. Vamos, una forma como cualquier otra de poder llamar viejo a alguien.

Con este preámbulo en mente, sería bueno plantear una pregunta en el entorno de la Innovación en la empresa:

¿Coinciden siempre los objetivos y los enfoques de un investigador que desarrolla en Francia un nuevo producto para toda Europa con los del ingeniero que lo fabricará?, ¿y con los del experto en Marketing que prepara su lanzamiento al mercado local?, ¿y con los del comercial que lo presenta al canal?… En un mundo ideal, probablemente sí; sin embargo la realidad es algo más compleja. Por ejemplo, ¿puede coexistir el hecho de que un investigador de un laboratorio europeo tenga como objetivo registrar anualmente un determinado número de patentes, con la necesidad del cliente, expresada al comercial que le visita como “necesito nuevos productos que me permitan ser más competitivo”? La verdad es que, así expresada, sin más, —como le sucede al gato de Schrödinger— la pregunta podría tener una respuesta tanto positiva como negativa (dejando muy claro que, en principio, esta última frase no tiene connotación alguna).

Estamos hablando de objetivos, de roles, de estrategias… Por consiguiente, y contemplando la Innovación en la empresa como un todo, todas estas cuestiones deberían tener importancia desde sus fases más tempranas, tanto en las relacionadas con la estrategia del negocio, como en las que lo están con la creatividad.

Por un lado, como consecuencia del análisis de la situación, los planes estratégicos del negocio marcarán el camino a seguir a la hora de desarrollar nuevos productos; y por otra parte, no podemos estar únicamente dependientes de la iniciativa individual que proporciona “descubrimientos” (a los que por supuesto no se debe renunciar, sino encontrarles de inmediato una aplicación práctica).

En resumen, la adecuada combinación de todas las funciones (Marketing, Laboratorio, Fabricación, Ventas, Financiera, etc.) que podríamos denominar creatividad en equipo debería rendir excelentes resultados.

Estamos, pues, en disposición de convocar una sesión de generación de ideas que poseerá desde su inicio un marco de referencia, unos límites que nos ayuden a no perder el foco y, lo que es más importante, que —dado lo anterior—será muy productiva, pues se ha demostrado estadísticamente que se generan muchas más ideas cuando se plantea el ejercicio partiendo de algo conocido que cuando simplemente se piden nuevas ideas, así sin más.

En la sesión debemos buscar el mayor número de ideas más que cuidarnos de la calidad de las mismas. Partiendo del pensamiento divergente, intentaremos buscar soluciones, alternativas, posibilidades diferentes a las actuales, incluso las más disparatadas a priori: Cuantas más, mejor; porque —posteriormente— vendrá el momento de hacerlas converger y seleccionar las más interesantes para los propósitos que nos marcaba el plan del negocio.

Para conseguirlo, durante la sesión habrá que aplicar una sistemática que —idealmente— nos permitiese integrar la creatividad en los hábitos de la Organización. Entonces… ¿qué metodología elegir? Realmente la decisión se tomará en función de las culturas corporativas y de las modas imperantes, pero no hay mayor problema puesto que hay una numerosa oferta disponible (empresas especializadas, Internet, etc.). Lo único innegociable son dos aspectos: Primero, que en cualquier caso se debe utilizar una técnica, la que sea (de no ser así, nos bastaría con un simple buzón de sugerencias) y, segundo, que al inicio de la sesión debe quedar claro el ámbito en el que trabajar (tema de la sesión, total libertad en las aportaciones, absoluto respeto por las ideas del resto de participantes y no tratar de obtener la idea genial en el primer minuto).

¡Ah!, y como en cualquier otra actividad diaria, individual o relacionada con los negocios, no caer en la tentación de darle más importancia a la propia herramienta (metodología) que a lo que pretendemos conseguir mediante su uso.

Es evidente que no es posible, ni deseable (salvo que se retrasase la jubilación hasta los 90 años —y no es cuestión de ponerse creativo y “dar ideas”) formar tales grupos de trabajo integrando en los mismos exclusivamente a aquellas personas que ya hubieran pasado por todas las funciones en una Compañía, pero lo que si puede aportar el hecho de haber pasado por algunas de ellas es la perspectiva citada al comienzo, el conocer de primera mano lo que otras funciones realizan y ponerse en su lugar, tanto a la hora de pedir su colaboración como cuando haya que ofrecerles servicios… que, en este momento —y en mi caso— están relacionados con la Innovación y la Creatividad.

Emprendedores

Alberto Jiménez San Mateo

Cofundador de lifeeramus.com,  bukingo.com y gestor de marketing online en Microsoft

La palabra EMPRENDEDORES está en boca de todo el mundo (especialmente de los políticos) hoy en día, pero, ¿sabemos qué es un emprendedor?

Un emprendedor según la RAE es aquella persona que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas. En palabras más coloquiales, un emprendedor es aquella persona que arriesga parte de su capital y su tiempo en llevar a cabo una idea empresarial.

Desde hace más de una década, muchos de los proyectos empresariales de estos emprendedores están centrados en internet. Las barreras de entrada de este sector eran muy pocas comparadas con los negocios tradicionales, no suponía casi inversión de inmovilizado como podía ser un local o cierta maquinaria. No obstante esta tendencia está cambiando, y en la mayoría de los casos, muchos de estos éxitos están respaldados con grandes rondas de financiación

Dejando de lado el tema de las valoraciones de las start-ups que podría dar para otro post, gracias al apoyo de Business Angels y Venture Capital, están surgiendo interesantes tendencias en el mundo de internet, vamos a repasar las más relevantes:

  •  Fashion: Están surgiendo un gran número de iniciativas relacionadas con las bloggers de moda y cómo monetizar la gran cantidad de tráfico que generan. Algunas iniciativas nacionales son
  1. Chicisimo: Fundada por Gabriel Aldamiz-Echevarría y financiada por Vitamina K (Iñaki Arrola y Rafa Garrido) donde los usuarios pueden compartir sus outfits.
  2. Shot and Shop: Start-up ganadora de Wayra Julio 2012 es un motor de búsqueda visual para la compra de ropa y moda, reconociendo directamente los productos en imágenes del entorno real para ofrecer al consumidor una selección de artículos visualmente similares.
  • P2P: Negocios entre personas. Esta tendencia lleva años arrasando en Estados Unidos y Europa. En España se está poniendo muy de moda, pero no termina de arrancar, algunos ejemplos son:
  1. Bubok: Fundada por Angel Maria Herrera esta start-up permite al usuario publicar libros.
  2. Peertrasnfer: Fundada por Iker Marcaide con oficinas centrales en Boston (EEUU). Esta start-up ayuda a estudiantes del todo el mundo a pagar las matriculas de las universidades ahorrándoles comisiones y facilitándoles los cambios de divisas (intercambios entre estudiantes). Cerraron una ronda de 7,5M€ en 2011.
  3. Mummio: Sus fundadores, Isabel Ortiz y su hermano Álvaro Ortiz han conseguido acercar a los usuarios productos ecológicos y de calidad directamente de productores.
  4. Floqq: Encuentra el curso on-line de lo que quieras impartido por expertos en la materia. Esta start-up ha comenzado su internacionalización en 2013 apoyada por Cabiedes& Partners, su primera parada Chile.
  • Apps: No nos podemos olvidar de la multitud de start-ups sobre aplicaciones mobile que han nacido en los últimos meses:
  1.  Hailo: Han surgido muchas iniciativas para pedir taxi a través de una app. La empresa Londinense ha conseguido levantar 30M $. Otras iniciativas son Mytaxi, Uber.
  2. Apps para niños: Un buen ejemplo es Edukame finalista del VII Seed Rocket. Se encarga de facilitar todos los recursos para ayudar a educar a los hijos.

Por último, comentar también el proceso de internacionalización de muchas start-ups españolas que está habiendo en los últimos meses, ejemplos como

  •  JobandTalent: Han comenzado su expansión abriendo oficina en Londres, pero ya ofrecen ofertas de trabajo en casi todo el mundo.
  • Busuu: Esta start-up ha movido su sede a Londres buscando llegar al resto de usuarios europeos.
  • Lánzanos: La plataforma de crowfunding que acaba de levantar 250.000 €, utilizará esta inversión para dar el salto internacional: Portugal, Brasil, Chile y Méjico.

El poder de las marcas

Miguel Sanz

Sales & Marketing Manager en 3M Iberia

En 1997 tuve la fortuna de asistir en Bruselas a una conferencia impartida por un abogado norteamericano que había construido su carrera defendiendo a grandes empresas de ataques, suplantaciones y falsificaciones de sus marcas por los tribunales de medio mundo.  Exactamente lo mismo que hacía para la Iglesia Católica, la Corte de equidad (encargada de defender a sus fieles de cualquier lesión o usurpación de la reputación). Es decir, se encargaban de proteger «el buen nombre» de sus fieles.  De hecho, parece ser que el concepto actual de equidad de marca (brand equity) tiene su origen en el derecho canónico.

Pero… ¿por qué las empresas gastan tanto dinero en proteger sus marcas?   La razón se encuentra en el altísimo interés de ese activo ya que es el valor que confieren los usuarios (clientes) actuales y potenciales a ese nombre, símbolo y personalidad que se agrega al valor proporcionado por los productos y/o servicios asociados a dicha marca (Equidad de marca o Brand equity).

La clave es que los consumidores o usuarios pasen de ser fieles a un producto a ser fieles a una marca  ya que por definición los productos sufren ciclos de vida y las marcas no.  Un mercado es simplemente “gente” con un deseo común; cuanto mayor sea el mercado, más débil es la marca por lo que los gestores de marca siempre tienden a segmentar los mercados (Brand management).

Hay muchos conceptos interesantes alrededor de las marcas  que podemos abordar en otro momento pero me gustaría terminar este “post” con una reflexión del abogado ponente de aquella conferencia:  “el valor de la marca Coca-Cola se podría establecer de una manera simple a través de una hipótesis sobre un suceso imposible: Imaginemos que todas las instalaciones de Coca Cola en el mundo (fábricas, oficinas…etc) volaran por los aires fruto de una acción terrorista coordinada;  pues bien, si sólo quedara la marca como activo, no habría problema para que los bancos prestaran el dinero necesario para reconstruir todo su imperio desde cero.  Ése sería el verdadero valor de la marca Coca-Cola, solamente con la marca, poder conseguir billones de dólares.

Un Ingeniero de Caminos…¿hablando de Marketing?

Celso Masid

Senior project manager. Ingeniero de Caminos. MBA por el IE

Hace unos días, alguien me preguntó que por qué alguien con una trayectoria tan aparentemente alejada del marketing le interesaba tanto esa disciplina. Porque, es verdad, soy ingeniero de caminos. ¿Y que tendrá que ver eso con el marketing? ¿Por qué me gusta el marketing? Pues se lo voy a explicar.

Mi interés por el marketing (y la estrategia de la que me cuesta separarlo) nació en 2011, al conocerlo en el MBA que cursaba. Hasta ese momento, para mi marketing era sinónimo de publicidad. ¡Vaya sorpresa que me llevé! Sí, la publicidad es parte del marketing pero solo una minúscula proporción, aunque con mucha exposición.

Poco a poco a lo largo de ese año, fui conociendo más detalles y entresijos del mundo del marketing y así, fui acercándome a esta maravillosa disciplina. Cada vez le dedicaba más tiempo: las clases, artículos, blogs, libros… No me cansaba (ni me canso) de seguir descubriendo nuevos temas y matices de este mundo.

Fue un año en el que mi vocabulario se enriqueció. Además de fundición, acero, PVC, PRFV, soldaduras, resistencia, transitorios, pérdidas de carga, depósitos, hormigones, válvulas de mariposa, retención, sostenedoras, reductoras… empecé a hablar de posicionamiento, USP, propuesta de valor, segmentación, DAFOs, mapas de posicionamiento, extensión de línea, packaging, mix, pricing y otros “palabros”, que a mí como ingeniero me sonaban propias de lenguas extrañas, en el mejor de los casos.

Sencillamente, me enamoré. Soy un tipo curioso, me gusta observar y descubrir y quizá esa fue la clave. Encontrarme un mundo tan próximo a todos nosotros pero que era tan desconocido para mí. Tan cerca y tan lejos.

Pero también me di cuenta, que estos dos mundos tan aparentemente separados, tenían muchos puntos en común. Datos, muchos datos, presupuestos, planificación, gestión de equipos, desarrollo de proyectos, gráficas, tablas, ¡excel!… Y mucho, mucho análisis y trabajo que no se ve. Y la necesidad de la coherencia. Al igual que un proyecto debe ser coherente en forma y fondo, un plan de marketing también. Y eso sin olvidar, que en una empresa de ingeniería vende, compra y hace trabajo comercial, tiene clientes… Como ves, una gran cantidad de similitudes y eso ya, acabó de conquistarme.

Finalicé el MBA pero la fiebre marketiniana, lejos de reducirse, se incrementó. Sigo con mi «rareza». Leyendo mucho, muchísimo, aprendiendo, formándome, asistiendo a eventos específicos y empapándome de la esencia del marketing. Hasta me animé a lanzar mi propio blog donde el marketing tiene un destacado protagonismo. ¿Todo teoría? No, también algo de práctica real. Era necesario. He tenido la oportunidad de colaborar con una empresa gallega de bebidas para un plan de marketing estratégico. Experiencia más que satisfactoria.

Y esta es la historia del gran interés que un caminero tiene por el marketing. Desde luego un área apasionante, con la que disfruto muchísimo y con la que espero poder disfrutar cada día más. Hay marketing allá por donde mires, solo tienes que fijarte. ¡Anímate al marketing!

* NOTA: puedes encontrar más reflexiones de Celso en su magnífico blog: «De lo que hablan los amigos«

Negociación y venta

María del Pilar Galeote Muñoz

Sudirectora del Centro de Negociación y Mediación del IE Business School

Sin lugar a dudas todo proceso de venta normal lleva aparejado una negociación entre las partes implicadas. Es más, a través del proceso, comprador y vendedor entran en una dinámica de persuasión en la que ambas partes quieren salir ganadoras. Eso no es otra cosa que negociación.

Ante una venta la primera duda que surge es si las partes han de regatear o, si por el contrario, existe otra forma de hacer las cosas. Desde el ya conocido Getting to yes, de Fisher y Ury, sabemos que así es. Hoy día aplicamos a todos los procesos de negociación, donde la relación entre las partes sea un valor a cuidar, la metodología de negociación basada en intereses. Si bien esta forma de negociar es conocida por muchos, no deja de existir, en la actualidad, un análisis “corto” de lo que ello implica. Paso a exponer lo que, en mi opinión, resulta básico para obtener resultados eficientes.

En primer lugar se trata de pasar de la posición o lo que quiere cada uno a la motivación que le lleva a pedir eso. El vendedor quiere un precio más alto pero ¿Por qué? ¿Por un interés exclusivamente económico o hay otra razón? Y el comprador quiere el objeto pero ¿Por qué? ¿Cuál es la razón por la que quiere seo? Con estas preguntas descubrimos las motivaciones de las partes.

Con la información anterior, las partes pueden pasar a generar diferentes opciones o soluciones que les permitirán negociar sobre precio pero también sobre otras variables representativas del interés de cada uno. Si en una venta sólo existe cosa por precio, evidentemente estamos ante un escenario de reclamación de valor, exclusivamente, o de posicionamiento o regateo. Ante esto, sugiero al lector la siguiente pregunta, ¿Estos escenarios son siempre lo que parecen? Es decir, ¿no se pueden encontrar otras variables diferentes al precio que satisfagan los intereses de las partes? La respuesta es que existen pocos escenarios donde sólo exista la cuestión única con la que negociar, esto es el precio.

Además de los principios fundaméntales de la negociación basada en intereses que son aquí clave, quiero destacar hoy la importancia de la creatividad. El buen vendedor, el buen negociador, en general, debe ser creativo. Sólo siendo creativo será capaz de generar diferentes soluciones al problema después de conocer las motivaciones de las partes y las variables que más satisfacen a cada uno, ésa es la clave.

Por tanto, todo proceso de reclamación de valor, como es una venta, exige, previamente, un proceso de creación de valor anterior, como ha quedado expuesto más arriba. La competición en el proceso negociador no excluye la cooperación. Ambas deben cohesionarse y darse al mismo tiempo: cooperar para poder competir y reclamar luego, ésa es la clave.

Marketing también tiene clientes

* NOTA: Inauguramos una serie de colaboraciones en Marketingstorming en las que profesionales directa o indirectamente relacionados con el Marketing, compartirán sus particulares y siempre interesantes puntos de vista para ampliar la riqueza del debate. Puedes seguirlas en la Categoría: «Invitados».

Daniel Vallespín

Responsable del Mercado de Transporte (División Adhesivos para Industria) en Sika

Cuántos de vosotros al leer el título de esta pequeña reflexión estaréis pensado: ¿En serio? Pues al menos en mi empresa los clientes son siempre responsabilidad de ventas.

Espero que me permitáis este comentario: No digo que siempre, pero los que estéis en este mundillo tendréis que reconocer la aversión de los compañeros de marketing a tener trato directo con los clientes.

Es fundamental, a la hora de pensar en la estrategia para cada mercado, conocer bien las necesidades de nuestros clientes de primera mano. Son ellos los que finalmente van a decidir si nuestro producto merece la pena, o nuestros competidores han sido capaces de entender mejor sus necesidades. Y entender las necesidades del cliente implica detalles difíciles de entender a veces, si no es pensando desde la misma línea de producción del propio cliente.

Los clientes han de ser compartidos, y no sólo por marketing y ventas, incluyo al resto de departamentos: logística, atención al cliente.

Y diréis, pues ponemos una remuneración variable ligada a las ventas a todos ellos y listo. Lo siento, pero si estabais pensando en esto, no estoy de acuerdo con vosotros.

Desde mi punto de vista, y llevo años tratando de forma directa con los clientes en diferentes roles, es fundamental hacer ver que el cliente es de todos, independientemente de quien sea en la empresa el interlocutor.

¿Y cómo conseguir esto?

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