Miles de post-its en una pared. Presentaciones con decenas de paginas llenas de ideas. Reuniones de horas y horas. Informes que nos llevan horas (o días) entender y digerir.. Todo esto es lo que nos enfrentamos día a día. Es muy bueno hacer el ejercicio de visualización a futuro, pero mas importante es tener en cuenta nuestras capacidades y velocidad ejecución.
Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras. Yo añadiría, que si la imagen es buena y representa lo que queremos comunicar. Cada vez tendemos, en cuanto a comunicación, a formatos más gráficos y cortos. Los blogs ha pasado a ser video blogs, los textos han pasado a ser videos o audios, las redes sociales que triunfan son aquellas que utilizar fotos o video super cortos. Una imagen vale más que mil palabras. Pero un buen texto explica el detalle mucho mejor que una imagen.
La introducción de las metodologías agile llego para resolver algunos de estos problemas. Poder partir un problema en pequeños cachitos, de forma que podamos ir entregando valor de forma más rápida, mientras evaluamos posibles cambios y poder adaptar nuestro enfoque. Más es menos.
Más es menos, y siempre lo ha sido. Pero también debemos entenderlo así en comunicación. Hay un dicho que dice que sino puedes explicarlo de forma breve, es que no lo entiendes. Algo similar pasa con los profesores. Hay excepcionales profesionales, cada uno es su ámbito, pero que no son buenos comunicadores. La comunicación para ser buena, tiene ser ser sencilla, precisa y no extensa.
En el campo del marketing la tecnología irrumpió hace mucho, pero hoy mas que nunca se trata de un campo muy digitalizado (o al menos las organizaciones que quieran triunfar así deberían concebirlo). En alguna ocasiones hemos debatido sobre si la tecnología se esta comiendo ala creatividad, o si debería ser al revés. En mi opinión ambas son herramientas complementarias, si las que no podemos trabajar.
Muchas organizaciones, con cierto conocimiento y o experience en este campo, están dandole vueltas a como mejorar algunos de los customer journeys existentes. La herramientas de marketing automation son un gran aliado, de forma que puedan utilizar datos en tiempo real para utilizar una hiper personalización a escala. De forma similar poder reaccionar a las interacciones con clientes de forma mas rápida, y poder comunicar con una visión de futuro. Cuando todo esto se hace con el cliente en el centro de la estrategia, el resultado suele ser muy bueno. Pero en otros casos, algunas organizaciones suelen confundir esa iteraciones o evoluciones de los journeys existentes, con una sobre complicación en los procesos. Esos procesos generan confusión en el cliente, y un problema interno, al ser muy difícil el mantenimiento de esas comunicaciones automatizadas (debido a la alta complejidad).
Estas situaciones suelen ocurrir cuando los diferentes equipos o personas que intervienen en este proceso de diseño, no se ponen de acuerdo, o bien no tienen claros los objetivos. Todos conocemos las complicaciones políticas que surgen en muchas organizaciones, y que para aplacarlas, hay que llegar a un mínimo común múltiplo de las peticiones realizadas por todas las partes. En este caso estamos poniendo nuestros proceso internos en el centro de lo que hacemos, en vez de pensar en el cliente. En la otra situación mencionada, en un único journey, se introducen demasiadas variables, demasiados caminos de decision, automatizaciones, comunicaciones. Siempre habra casos en los que esto sea necesario. Muchos de los procesos con los que trabajan algunas organizaciones son muy complejos, y requieren trasladar parte de esta complejidad en la configuración (siempre hay forma de simplificar el proceso). Pero otros muchos casos, en la gran mayoría, el problema se encuentra en no tener un objetivo claro. Por este motivo, la recomendación es clara. Primero, tener un objetivo claro, conciso y medible de lo que se quiere conseguir. Segundo partir el problema en pequeñas unidades autónomas que puedan ser ejecutadas. Tercero revisar siempre que estemos pensando con el cliente en el centro.
Como consumidores, todos tenemos ejemplos de organizaciones con la que es muy fácil interaccionar, las cuales proporcionan información util de una forma fácil digerible, amena y sencilla de entender. Pero también tenemos ejemplos de todo lo contrario. La pregunta es, como profesionales, a qué tipo de organizaciones queremos que la nuestra se parezca?