No seas el proximo Amazon o Netflix de tu sector

En innumerables ocasiones hemos oido eso de » Quiero es el Netflix/Amazon de mi sector». Muchas organizaciones utilizan frases de este estilo para establecer su vision corporativa. En muchos casos, es la prensa quien se empeña en hacer comparaciones de este estilo, y lo que terminan haciendo es embarcar a empresas en caminos, cuyas consecuencias son desconocidas y posiblemente no deseables.

El éxito de Amazon o Netflix es incuestionable. Sin embargo no es algo que se pueda aplicar y replicar en cualquier empresa. El éxito reside en un montón de factores complejos, aplicados en un contexto determinado, en un momento concreto. Aplicar un modelo por subscripción, como es el modelo de negocio de Netflix, no es válido para todos los sectores. Y en caso de serlo, la ejecución de la idea es casi más importante que la conceptualización en sí misma.

Uno de los factores en los que muchos emprendedores coincide es el mencionado en la linea anterior. Tener una idea es una parte importante, pero más lo es (y sobre todo mucho mas complejo y con más peso en el éxito) es la ejecución correcta de la idea. Esa ejecución tiene que hacerse en tiempo y forma para poder llegar a buen puerto. Y por último, pero no por ello menos importante, con un equipo sólido por detrás.

Tengo un amigo, con el que me encanta hablar de estas cosas, cuya idea de éxito era copiar un modelo existente y probado (normalmente en Estados Unidos), y replicarlo tal cual en Europa. La discusión siempre discurría por el mismo cauce, el contexto en el que se va a ejecutar, y de dónde viene la idea.

Que una idea funcione en una geografía, siendo ejecutada por un equipo concreto, no significa que esa idea sea replicada tal y como esta en otro entorno y tenga el mismo éxito. Existen muchas variables a contemplar:

El momento

Cada geografía tiene un momento coyuntural diferente. Ademas de las propias diferencias inherentes a cada region. Esto hace que la forma en la que se trasladen ideas de proyectos de una region a otra no sea directa, y sin cambios. En algunos casos, la economía ira mejor que en otras, en otras tendremos competidores ya existentes, en otras existirá una demanda mucho mayor, o diferente, en otras sera la propia madurez del mercado. Trazar ese simple paralelismo de, si esta idea funciona en el punto A, funcionara en el punto B, es una teoría un tanto arriesgada.

La idea

Es cierto que la globalización ha hecho que las necesidades, y la oferta existente, se homogenize bastante en el mundo. Los consumidores pueden buscar cosas muy parecidas en diferentes partes del mundo. Pero no debemos olvidar que son los detalles son que marcan la diferencia. Y que esas diferencias culturales, o de estilos de vida, marcaran la frontera entre que el proyecto fracase o despegue. Pensemos en diferencias como pueden ser los medios de pago, en España por ejemplo no es común realizar el pago con cheques a nivel consumidor, cuando en otras regiones del mundo es el método mas común. Pero podemos pensar en diferencias cómo la cobertura de Internet en las diferentes partes del mundo. O la concepción de la educación (el modelo americano de universidad es diferente al europeo y no digamos del africano). Todos esos detalles serán vitales para la correcta ejecución de una idea.

Pero no debemos olvidar que cada sector, incluso dentro de la misma geografía, tiene sus características. Al igual que un modelo de subscripción puede ser bueno para ciertos artículos, no lo es tanto para otros donde la tasa de reposición, o la disposición a repetir el artículo/servicio es baja.

El equipo

No debemos subestimar la importancia del equipo que tiene por detrás cualquier proyecto, ya que lo es todo. La experiencia que tienen, su formación, las conexiones personales y profesionales son algunos de los factores que seremos incapaces de replicar. Incluso seremos incapaces de estimarlas. Montar un equipo es una de las partes más difíciles en cualquier proyecto empresarial, independientemente del tamaño del mismo. Cuando además nuestra empresa opera desde hace años, y en un sector no digital, no podremos asemejarlo a Netflix. No olvidemos que estas organizaciones son nativas digitales, no cuentan con esa historia detrás, han nacido con procesos, y equipos dimensionados y preparados para operar en ese entorno digital (y por subscripción). Cuando hablamos de empresas que operan en sectores » tradicionales ¨, tenemos una gran brecha que cubrir. Los equipos no están preparados para operar en la misma capacidad. En ciertos casos sera por conocimientos y en otros por experiencias o formas de trabajar. La industria del transporte, opera muy diferente a la tecnológica. Uber, surgió de la nada, pero como empresa nativa digital, con un modelo de negocio nuevo y definido. Sin embargo una empresa del mundo de transporte no esta preparada (ni financieramente, ni a nivel equipo, ni a otros niveles), para hacer este cambio de la noche a la mañana.

Tecnologia y procesos

Como continuación del punto expresado arriba, los procesos y la tecnología pueden no estar preparados para trabajar de esta nueva forma. Existen multiples diferencias, como pueden ser las métricas para seguir la evolución y salud del negocio, sistemas para hacer renovación automáticas de esas subscripciones, reconocimiento financiero de los ingresos realizados, o tácticas y herramientas de marketing necesarias para poder poner en marcha esta maquinaria, y mantenerla.

En este artículo publicado hace tiempo, dábamos algunas pistas.

Obviamente este es un tema que puede dar para muchas muchas páginas y para discusiones muy interesantes. Seguro que conoces casos de empresas que han dado el salto y han sido muy exitosas en su intento, pero posiblemente se trate de excepciones. Por un lado, no solo es el histórico de la empresa, y la preparación o madurez de la misma. Es la propia vision. Empresas como Uber, Netflix o similares, están continuamente «pivotando«. Es decir, modificando su estrategia para navegar las aguas inciertas en las que operan. Si nuestra visión es ser el Uber/Netflix de nuestro sector, tendremos una doble tareas. Por un lado adecuar nuestra operación a esta novedosa forma de trabajar, y por otro, cambiar constantemente esa visión que creíamos preestablecida, para adecuarnos la nueva «realidad» de nuestro espejo (Uber, Netflix, Amazon, Google,..). Por no mencionar, que nos estamos poniendo, en el mejor de los casos, en la segunda posición. Si conseguimos lo que buscamos, tendremos que seguir imitando a estos grandes, es decir nunca seremos los dueños de nuestra estrategia.

Tener una inspiración siempre es positivo, pero debemos ser capaces de poder inspirarnos con otras historias, con organizaciones de otros sectores. Pero debemos ser capaces de crear nuestra propia vision, y sobre todo ser conscientes de cuál son las capacidades existentes y las necesarias para ejecutar esa nueva estrategia. La tecnología ayuda enormemente es estos grandes proyectos, pero tenemos que ser capaces de operarla y sacar lo mejor de la misma.

Efecto avestruz

Antes situaciones de riesgo, o desconocidas, podemos tomar dos actitudes, y en los dos casos, podemos utilizar frases hechas referidas a animales que ilustran las mismas: 1) Agarrar el toro por los cuernos 2) Esconder la cabeza como la avestruz.

En efecto, muchas veces, cuando el miedo paraliza, la reacción natural humana es intentar hacer como que no pasa nada, y seguir tu camino, o intentar esconder la cabeza para ver si cuando la saquemos todo ha pasado y esta como lo deseamos. Por desgracia, esta actitud no suele funcionar. Y dejando a un lado el reino animal, y trasladandonos a un mundo corporativo, este enfoque que muchas organizaciones han escogido frente a ciertas incertidumbre, no solo no ayudara, sino que hará mucho peor la situación.

Nos hemos hartado de decir los dinamico y cambiante que es el mundo en el que vivimos, y para prueba tenemos estos primeros días de enero del 2021, donde han sucedido cosas que no imaginábamos (el temporal de nieve y frio, el asalto al capitolio, la dimisión del gobierno de Holandés), pero en una escala mas micro, podemos hablar de muchos más cambios también. Uno de los temas que ha pasado desapercibido, pero que creo que ha sido histórico han sido las campanadas. Como todos sabemos, quien presentara las campanadas en cada cadena de television es la gran arma arrojadiza para ganar la batalla por la audiencia. Todo esto acompañado por los diferentes especiales que se producen antes y después, con el cotillón, famosos…Y el día siguiente, sino es en directo, siempre han alusiones a quien ha ganado esta batalla. Este año, la aparición de Ana Obregón parecía que iba a eclipsar todas la audiencias. La realidad es que no tuvo mal resultados: uno de cada tres españoles se tomaron las uvas con ella y Anne Igartiburu, en TVE (Link 1, Link2). Sin embargo, poco se está hablando del fenómeno de Twitch.

Twitch es una plataforma online de realtime broadcast o streaming. Es decir, una plataforma que se utiliza para emitir en directo. su audiencia principal está pensada para el creciente, e imparable mercado de los eGames, y Youtubers. Esta plataforma ha sido el ganador real de la batalla por las campanadas. El streamer español Ibai Llanos (video campanadas) fue la revelación del evento. Es cierto que comparado en números absolutas TVE consigo mas personas conectadas, pero aun así muchas personas se conectaron a la red, mediante esta plataforma de streaming, para seguir este tradicional evento navideño (incluso superando algunas de las cadenas nacionales ya consolidadas). Y creo que fue el ganador, por lo que representa. Algo totalmente nuevo, y desconocido para muchos, se abre paso a gran velocidad. Sin embargo, muchos de los medios tradicionales siguen obviando, y viéndolo como una moda pasajera, o algo que no va con ellos. Solo recordar que Blockbuster tambien desprecio a Netflix, que las discográficas se rieron de Napster (siendo el predecesor de lo que es ahora Spotify), los taxis veian a Uber con desprecio, hasta que llegaron las manifestaciones o los hoteles pensaban que Airbnb no iba con ellos.

Esta claro que hay un cambio de patron de consumo de ocio. Hay muchas generaciones que no consumen televisión tal y como la conocemos. El consumo de medio audiovisual se resume a televisión a la carta mediante plataformas estilo HBO, Netflix,…o videos en streaming donde Youtube, Twitch y otros pueden llevarse el gran premio, no dentro de tanto. Los grandes (grandes dinosaurios) del sector pueden seguir pensando que esto no existe, o que es solo para una población muy pequeña, los jóvenes, que ni pinchan ni cortan. Pero estoy seguro que en muchas de las casas donde hay un gamer, la familia comió las uvas con Ibai ,y viendo a la famosa Ana. Las grandes cadenas de televisión (clásica) pueden seguir metiendo la cabeza debajo de la arena hasta que esto pase, pero los resultados no creo que les gusten.

Uno de los principales puntos a revisar es ver que características y beneficios tiene este tipo de nuevas tendencias. Por un lado los protagonistas de dichas emisiones son relevantes a su audiencia, mientras que en las cadenas tradicionales, hay que conseguir alguien que congenie con toda la familia. Esto cada vez será mas complicado, por la hipersegmentación a la que estamos expuestos. Cada miembro de la familia tiene sus gustos, sus preferencias y no será difícil unirlos en uno solo. Es cierto, que siempre las cadenas disponen de Ramonchu, Roberto Leal, y perfiles muy híbridos que pueden encajar en muchos de estos casos. Sin embargo de una de las cosas que las televisiones, por mucho que lo intenten, no lo consiguen es la interacción con sus televidentes. En el caso de plataformas estilo Youtube, Twitch o similar, existe una interacción en tiempo real mediante los canales de chat que se desarrollan en paralelo a la emisión. Eso hace las emisiones más dinámicas e interactivas.

¿Quiere decir esto que las televisiones desaparecerán como paso con Blockbuster? Nadie lo sabe, pero todo apunta a que están en medio de un Tsunami, que o aprender a leer y responder rápido, o muy posiblemente tengan una merma considerable en su audiencia. Las capacidades de Youtube como plataforma de emisión en directas son muy interesantes. Pensemos en cualquier tipo de evento, conseguiremos conectar con el público, mostrar la imagen en tiempo real, dejarlo en el archivo para su visionado posterior, y todo indexado en Internet. ¿Cómo pueden las televisiones, clásicas, proporcionar esa hiper personalización en el contenido, luchando con costes básicos de emisión (licencias, estudios, ..) mucho mayores, y sobre todo cuando las audiencias más jóvenes están buscando algo diferente?

La otra lectura de esta transformación es la publicidad. Durante la crisis del 2007 ya vimos la bajada significativa que se produjo, pero con plataformas de este estilo y con el crecimiento que tiene de forma continuada el marketing digital, apostar por cuñas publicitarias en televisión parece no ser tan eficiente, a nivel de retorno de la inversión. Por lo tanto hay un impacto claro también en el modelo de negocio audiovisual, hay un cambio en la forma en la que se relacionan con la audiencia, y un cambio en la forma en la que todo este contenido se consume.

¿Es más interesante un contenido u otro? ¿Es más sostenible uno u otro? ¿Que aporta? ¿Puede sustituir uno al otro, o pueden coexistir? Son algunas de las preguntas que tendremos que ir contestando poco a poco. A día de hoy lo que parece claro es que obviar esta alternativa no parece una buena forma de hacer frente a algo en crecimiento, que tiene muchas posibilidades, si sabemos cómo aprovecharlo. La innovación llega a todos los sectores, a todos los canales y a todos los rincones. Esta es el nuevo formato de la redes sociales actuales, donde la interacción se produce por imagen en movimiento y texto de forma simultánea, y donde quien hoy es espectador mañana puede ser presentador y al revés. Qué es lo que queremos ver mañana, lo elige la audiencia, con sus votos. La nueva versión del circo romano, lo queremos le damos like. No le queremos, le ignoramos, y que pierda su popularidad, que es la traducción de ¨a los leones¨

El efecto DGT, que Netflix y otros siguen.

La publicidad que más recordamos es aquella que es muy impactante, normalmente por la combinación de su sonido e imágenes. Suele tener un objetivo muy claro, llamar la atención, uniendo la marca con un mensaje contundente que esta quiera comunicar. Si revisamos todos los ejemplos que tenemos en mente, muchos cumplen un patrón similar. ¿Tienen que ser polémicas siempre este tipo de acciones?

Creo que muchos recordaremos los anuncios de la Dirección General de Tráfico (DGT) del Gobierno de España que se emitían en los veranos de los años 90 y 2000. El incremento de unidades matriculadas en el parque automovilístico debido una mayor capacidad de inversión/ahorro en la familias españolas y el incremento de turismo nacional (entre otros muchos factores) hizo que los accidentes de tráfico se disparan en aquellos veranos. La DGT (dirección general de tráfico), es una entidad gubernamental, encargada de velar por la gestión del tráfico rodado como la red nacional de carreteras, por lo la motivación de su publicidad no es comercial, sino de concienciación e información. En aquellos años, preocupados por ese incremento de accidentes decidieron pasar a la acción con varias tácticas . La campaña de «las imprudencias se pagan, cada vez mas», pasarán a la historia como una serie de anuncios, reales, muy impactantes, que marcaran a varias generaciones (video) . Mediante la visualización de imágenes reales de accidentes, con las consecuencias posteriores, nos hacían reflexionar sobre la importancia de la utilización del cinturón de seguridad, sobre el uso del casco en moto, sobre el consumo de alcohol al volante o sobre la importancia de la atención cuando se conduce. Todos estos spots, están al menos en mi lista personal, de los más impactantes que recuerdo. De hecho, la frase de «las imprudencias se pagan», se ha quedado en el vocabulario popular, como frase hecha utilizada en diferentes aspectos. Fue una campaña (serie de diferentes anuncios) muy polémica. Parte de la población veía como positivo el mensaje y el formato ya que conseguía el efecto que buscaba, mientras que otra parte de la población veía que no era necesario ser tan explícito en la imagenes. Eran anuncios en muchos casos redados con personas implicadas en los accidentes, con imagenes reales, con sonidos muy impactantes y con una frase (a modo de slogan) que intentaba morder nuestra conciencia. Por mi parte, creo que consigo su efecto, que casi 30 años después, seguimos recordando la campaña, y sobre todo y mas mas importante, que la población española se concienciara de los efectos de estas imprudencias. De hecho la DGT sigue emitiendo un anuncio anual, normalmente en verano, para intentar prevenir los accidentes.

Otras entidades y agencias gubernamentales han utilizado estas mismas tácticas para un objetivo similar. La droga fue y es, una de las grandes preocupaciones sobre todo en cuanto a la relación con los jóvenes. La década de los 90 fue especialmente dañina por la introducción de la cocaína en España. Algunos de los carteles internacionales, y nacionales hicieron de España un puerto donde expandir su lucrativo negocio. Fueron y son muchos los que lucharon contra esta lacra, desde cuerpos de seguridad, hasta diferentes agencias. La FAD (fundación ayuda contra la drogadicción) fue uno de estos casos, donde mediante un polémico spot, advertía de los peligros y los riesgos del consumo de estas sustancias. Al igual que pasó con el ejemplo anterior, parte de la población considera que no era necesario un anuncio tan desagradable. Pero justo esto es lo que la fundación buscaba, un efecto en el que la población se sintiera incómoda con las imágenes, que viera que no es agradable, y peor son las consecuencias, que se comentara el anuncio en los diferentes círculos sociales de los que somos parte, y que se recordara a lo largo del tiempo (como creo que así es). Utilizaron medios visuales como la oscuridad, un sonido muy cercano, una imagen en primer plano, una analogia (la del gusano) que realmente impactaron. En mi caso, recuerdo taparme los ojos al ver el anuncio, por el sentimiento disparado, al ser una imagen desagradable. Habria que revisar estadisticas de consumo de drogas, de casos de hospitalizaciones/muertes, y otros datos para ver el impacto generado. Pero creo que como fundación, el video fue un acierto. Fue un anuncio que causó gran impacto en la población, y consiguió despertar conciencias, una vez más con ese mensaje claro y contundente.

Como mencionaba en el párrafo anterior, algunas familias hicieron tristemente famosa la hermosa galicia, por el negocio de la droga. Algunas bandas que empezaron haciendo sus pinitos con el contrabando de tabaco, siguieron la expansión de su lucrativo (e ilegal) negocio con la introducción de la cocaína. Esto originó una de los mayores casos policiales y judiciales, que se bautizó como operación nécora (Link). En los últimos años, algunas de las superproducciones que más han entretenido al público, han sido historias alrededor de estas historias. En este caso, Netflix, vio un interés claro en el público , y produjo estos metrajes, en los que se contaban las historias de los narcos nacionales, e internacionales más famosos. Series como Narcos o como Fariña, reflejaban estos casos, que en los años 90 causaron tantas muertes, y que generaron tantos titulares. En España fueron muy conocidos, y muchas líneas fueron escritas. Sin embargo, no habia tanto material audiovisual. Esta claro, que el interés de Netflix no era crear una documental, sino una serie, basada en hechos reales, que enganchará, por el morbo de la historia, a la audiencia. Con ese objetivo, el año pasado, en plenas navidades, en la céntrica puerta del Sol en Madrid, se extendió una lona publicitaria que cubría uno de los edificios más emblemáticos, con una sola frase: ¨Navidad, blanca navidad¨. Acompañado de una foto del actor que encarnaba a Pablo Escobar, protagonista de la serie Narcos. Esto ha despertado lo que algunos han llamado el efecto Netflix. Es decir acciones puntuales para la promoción comercial, en el que la frase es polémica en sí misma, tiene un juego de palabras (como es este caso), o refleja con ironía una situación ampliamente conocida. Todo ello, con una frase escueta y corta, con la que no hace falta añadir nada más al respecto.

Un ejemplo de ese efecto Netflix, en este caso con un mensaje con un toque de humor e ironía, la compañía de bebidas Schweppes durante la pandemia intentó dar un mensaje de ánimo a la población, en concreto al sector hostelero tal afectado por esta crisis. La compañía no promocionaba directamente ninguno de sus productos, como fue el caso de muchas marcas durante esos meses. Su objetivo era estar presentes con la población, posicionandose, cada una en su sector. Durante esta famosa pandemia, uno de los efecto que todos sufrimos, fueron los cambios de horarios comerciales, y los toques de queda. El mensaje, fue lonas de cobertura de edificios, con el mensaje (Link): ¨Queridos ingleses, aceptamos calcetines con sandalias, si nos enseñáis a cenar a las 20h.¨ En este caso, el objetivo no era tan polémico, y sobre todo se utilizaban tópicos de las diferentes culturas, con cierto sentido de humor, para lanzar ese mensaje de ánimo que tan necesario ha sido durante estos duros meses.

Estos mensajes polémicos ha sido utilizados en diferentes formatos. También impresos en el propio envase de ciertos productos como son los cigarros. Hace una decada, se inicio en España el debate sobre qué restricciones se debía poner al tabaco, por su relación directa con ciertas enfermedades. La prohibición de fumar en espacios cerrados, estuvo acompañada con regulaciones en el ámbito de la promoción. Se prohibió que estas marcas pudieran ser anunciadas en espacios televisivos o ser parte de patrocinios, como los deportivos (quién no recuerda marcas de tabaco en carreras de coches, o de aventura). Pero la decisión más polémica por parte de las autoridades sanitarias fue la obligación por parte de las marcas, de imprimir mensajes muy contundentes, acompañadas de fotografías reales, en los paquetes de tabaco. El objetivo era ser muy directo con las consecuencias que el tabaco genera.

El último ejemplo que me gustaría citar en este post, es el más reciente que he visto. Estas navidades se han vivido con restricciones de cuantas personas podían juntarse, hemos vivido con mascarillas, hemos visto limitados nuestros movimientos en cuanto al ocio. Todo con el objetivo de proteger a las personas más vulnerables por el COVID19. El gobierno de la comunidad de Madrid, para seguir incidiendo en este mensaje de precaución, ha utilizado mamparas de paradas de autobús, y los propios autobuses urbanos, con un mensaje contundente: ¨Celebrar las navidades sin protección = enterrar a tu abuela¨ o ¨Saltarse la cuarentena = entubar a tu mejor amigo¨. (Link). Al igual que el caso de los primeros ejemplos citados arriba, se trata de lanzar un mensaje de concienciación a la sociedad. Son tácticas que intentan movilizar con un mensaje polémico, que agite conciencias. Podemos estar o no con la forma, con el formato, con las frases elegidas. Pero en todos los casos aqui citados, creo que podemos acordar que podemos decir que generaron conversación, y que consiguió que fuera un tema del que se hablara.

En muchos casos, cuando se discuten estas tácticas en diferentes ambientes, se suele oír que no hacía falta ser tan explicito. La pregunta es, ¿se hubiera conseguido el mismo objetivo con un mensaje más tibio? Por ejemplo, hubiera conseguido Netflix la misma audiencia con un mensaje más políticamente correcto? ¿Es moral utilizar estas tácticas?

Aplicando el método Netflix para hacer el bien

La pandemia, y los confinamientos multiples a lo largo de este año, han multiplicado no solo el número de usuarios de Netflix, sino también el tiempo que pasamos enganchados a su contenido. Al igual que antes se hablaban de las películas en cartelera, no es difícil tener conversaciones con amigos, o ver en diferentes medios cual son las recomendaciones en cuanto a series, documentales o películas disponibles por la plataforma (en la gran mayoría de los casos producidas por la misma empresa)

Si una de las palabras de moda en el mundo corporativo es Innovación, la otra gran palabra es Inteligencia Artificial. Se tienen grandes esperanzas puestas en cuanto a las soluciones que puede aportar, pero también se empieza a temer el poder que pueden ejercer. En parte debido al impacto que este conjunto de técnicas ha tenido en las redes sociales (como ya vimos en un post anterior sobre las redes sociales). En el caso de Netflix, es parte de su modelo de negocio actual, ya que ayuda a acelerar el consumo de contenido, pero por otro lado a la producción del mismo.

No se si te sentirás reflejado con mi propia situación. Acceder a Netflix (valido para HBO, Disney +, Amazon prime u otras) y querer echar un vistazo a ver que hay disponible. Para ellos, navego por diferentes categorías, en muchos casos las ya pre-escogidas por la plataforma. En caso de que el título me suene familiar o interesante, poner el cursos encima para que el trailer de la misma empiece a reproducirse instantáneamente. Si me interesa, lo veo hasta el final, y posiblemente lo añado a mi lista de favoritos. Sino, sigue en mi navegación, siguiendo con el proceso. En algunos casos, después de una cierta exploración vuelvo a mi lista y selecciono algunas de las opciones. Pero podría pasar que no me haya seducido nada y ahi deje la intención de consumir alguno de estos títulos.

Con este proceso, por corto que haya sido, pero que puedo repetir a lo largo de varios días, la plataforma tiene información muy valiosa sobre mis gustos, preferencias o incluso estado de animo. La tecnología disponible actualmente permite medir, por donde he navegado, cuanto tiempo he estado, que videos he visto enteros, cual he visto varias veces, donde los he parado, si he añadido algo algo a la lista de favoritos y luego lo he quitado, si lleva mucho tiempo allí sin haberlo vuelto a revisar, ubicación, dispositivo utilizado, hora del día… Imagínate si esto lo puedo unir a otras fuentes de datos, como puede ser el caso de amazon con que productos que comprado o me interesado.

Desde el punto de vista de la producción de nuevos títulos, esto es oro puro. Las plataformas pueden producir series «a la carta», es decir totalmente personalizadas. En función de los datos, gustos, preferencias y perfiles recopilados, se puede generar contenido, totalmente segmentado, y personalizado, pudiendo ajustar la temática, duración de los capítulos, como hacer los cortes, cuántos capítulos, mejor fecha o época para estrenarlos, tipo de actriz o actor, títulos de la producción o zona geográfica donde publicarlo. Se trata de utilizar la experiencia de usuario para engancharnos a la plataforma, para poder entender que buscamos, generar contenido personalizado que nos incite a seguir consumiendo ese contenido, y que la rueda siga girando. El modelo es perfecto!

Obviamente tiene ciertos peligros, ya que como es natural en nuestra especie intentaremos alejarnos de aquello que con lo que coincidamos o nos llame, para ¨hiperespecializarnos¨ o ¨hipersegmentarnos¨. Además del propio debate sobre los datos existentes sobre nosotros mismos, y los perfiles creados. Estas plataformas han sabido sacar el provecho máximo a la inteligencia artificial, para explorar información y datos en la dirección que van buscando. Pero como siempre, esta en nuestras manos el cómo y para que utilizar la tecnología. A todos nos gusta ver series que nos ayuden a desconectar del día, y que nos sean agradables. Se habla mucho del poder de la creación de estos perfiles en función a datos recogidos y comportamiento digital.

Sin embargo hay muchos más usos, y en otros casos con otros fines completamente diferente. Hay organizaciones que están haciendo un servicio impagable a la sociedad, como son el caso de muchas ONGs, que ayudan a sus miembros, a través del desarrollo de sus programas con cosas que de otra forma sería muy difícil o casi imposible conseguir. Pensemos en una organización que se encargue de dar soporte a enfermos de patologías graves, crónicas o letales, a la vez que pueda aconsejar a familiares. Seguro que se te ocurren varias. ¿Qué pasaría si pusieran a su servicio esta tecnología? El objetivo sería, y es, diferente, ya que consistiría en personalizar el trato, y el contenido ofrecido de forma que ese apoyo ofrecido sea lo más ajustado posible en función de las necesidades de cada persona. No es lo mismo un enfermo recién diagnosticado, que busca una guía de como afrontar esta nueva situación, o enfermo con experiencia, cuya perspectiva y motivaciones sean muy diferentes, un familiar que esté asustado y busque como puede ayudar a su ser querido, o personal sanitario que a nivel técnico ya conoce lo que necesite, pero busque un ángulo diferente. En función del tipo de navegación, perfil existente y diferentes fuentes de datos que puedan existir, se podría personalizar la información ofrecida, el lenguaje con el que se presenta, los recursos ofrecidos, o la interacción en general. Esto ya está sucediendo, con gran éxito en algunas de las instituciones que trabajan en este campo.

Este es un ejemplo, pero existen muchos más. Por este motivo, cuando se demoniza la inteligencia artificial, el poder de la tecnología, o el efecto que han conseguido muchas de estas innovaciones tendríamos que parar y pensar. Lo que posiblemente haya que analizar es el uso que estamos haciendo de ellas, y sobre todo para que fin. Aunque suene raro, podemos hacer una analogía rápida con el Wifi. Puedo utilizarlo para estar leyendo este articulo, buscar información para un proyecto de investigación científica o para cometer delitos de distinta índole. ¿Es malo el recurso o lo que hay que penalizar es el uso del mismo?

La innovación está en boca de todos, todas las organizaciones están buscando cómo poder sacarle partido, todas para generar un lazo de unión más estrecho entre usuario y organización, aunque el objetivo de esta sea variado. Siempre es bueno tener pensamiento critico, e intentar ver el lado positivo (aunque el negativo venda más noticias y sea más llamativo).

(Como referencia dejo el link a un articulo de Mckinsey donde introduce el concepto de ¨Tech for good¨)

Los puntos que debes conocer de los negocios por subscripción

freestock.org

Es rara la presentación, ponencia o charla sobre innovación o sobre transformación digital en la que no salgan los ejemplos de Uber, Spotify o Netflix. Todas ellas tienen algo en común, y es su forma de funcionar, la forma en la que su negocio genera (o debería hacerlo) beneficios, el modelo por subscripción. Esto no es algo que sea especifico de las compañías tecnológicas, y de hecho podemos ver que se ha aplicado a muchas empresas de diferentes industrias. Incluso en algunos casos, además de su modelo de negocio, han complementado con uno por subscripción. Y no podía ser menos que Amazon la que incorpore esta tendencia mediante Amazon Prime. Dehecho no todo el mundo se pone de acuerdo en que sector ubicarlas. La tecnología es la gran palanca del cambio en la que todos estos ejemplos se apoyan para poder llevar a cabo sus actividades, pero eso no quiere decir que todas sean empresas tecnologias. Uber es una empresa de transporte, con una base tecnologica muy importante (recordemos que es una de las empresas nativas digitales con todo lo que ello conlleva), pero no por eso debemos considerarla tecnología.

Creo también que no debería haber dudas sobre si una empresa debe embarcarse a una transformación digital (que no es una renovación tecnologica) o si debe adoptar una cultura de innovación. La pregunta de si debe modificar su modelo de negocio para que sea de subscripción creo que debe reposarse y analizarse tranquilamente.

Aunque posiblemente seas miembro de varios de estos modelos por subscripción, empecemos por analizar que es. Es posible que hayas escuchado mucho este concepto, incluso te hayas lanzado a pensar en negocios que podrían encajar con este modelo, sin conocer bien que implica.

El modelo de negocio por subscripción consiste recibir un servicio de forma periódica mediante una cuota monetaria, normalmente mensual. Aunque inicialmente se ofertaban servicios, el modelo ha conseguido evolucionar para poder ofrecer productos, como si fueran un servicio. En este caso podemos mencionar el caso de «Dollar Shave Club», que mediante una cuota mensual proporcionaba una kit de afeitado para hombres y que fue comprada por Unilever por 1 billón de dolares (Link). Algo menos sofisticado o novedoso es la subscripción a los diarios o prensa escrita. Hace años se recibian la edición impresa de forma diaria en nuestro hogar u oficina, aunque actualmente el formato digital es el predominante. Puede parecer que esto lo hace válido para ser adoptado por cualquier empresa, pero es justo ese el punto que debemos analizar. ¿Sabemos que implica vender subscripciones?

Previsible

Una de las grandes preocupaciones de las empresas desde hace muchísimo tiempo ha sido la previsión de ventas, ya que al ser el flujo de entrada de dinero, ya que de él depende muchos otros procesos (financieros, pagos, …). Los procesos de revisión de previsión de ventas ha llevado de cabeza a las direcciones comerciales. Existían mucho parámetros a tener en cuenta, como la estacionalidad (verano, navidad, ciertas fechas relevantes en ciertas industrias,..) o la madurez de un producto. En los modelos de venta por subscripción se hace mucho más sencilla esa previsión, ya que todo el cliente existente pagará (en principio) una cuota, en comparación con otros modelos en los que tenemos la compra por clientes existentes no es segura. Esto hace que la previsión financiera, incluso a ciertos meses vista tenga varias incognitas menos y por lo tanto se simplifique.

Barrera de entrada.

En principio estos modelos de negocio cuentan con una barrera de entrada para el consumidor final mucho más baja. Si pensamos por ejemplo en la adquisición de plataformas informáticas (marketing automation, CRM, ERP,..) cambia el concepto de propiedad. No debemos hacer grandes desembolsos económicos, ya que lo que pagamos es una cuota mensual/anual que nos permite su uso durante ese periodo. Esto representa un coste sensiblemente inferior a la propiedad, y su barrera de entrada es más baja. Un ejemplo similar podría estar en los servicios de renting o leasing de los vehículos, en los que mediante una cuota mensual podemos disfrutar el coche, sin tener que realizar un pago integro, o recurrir a financiación externa.

A nivel financiero se pueden hacer muchos números para calcular el coste total de propiedad, pero no olvidemos que será una aproximación no certera, ya que lo que tenemos es acceso a un servicio, y que no estamos comprando nada. Lo que hay que hacer es un cambio de mentalidad, y pensar en las ventajas que nos ofrece, y las oportunidades que nos brinda.

Crecimiento sin olvidar al cliente existente

Como en cualquier empresa, en este modelo de negocio hay dos formas principales de crecimiento: 1) Adquisición de nuevos clientes 2) Upgrade de clientes existentes a una categoría superior que se traduzca en mayor facturación.

Sin embargo, y volviendo a un punto anterior, no podemos olvidar a los clientes existentes. Como hemos revisado antes, el flujo de ingresos es constante, pero solo si los clientes no nos abandonan. El cuidado de los clientes es siempre fundamental, pero en este modelo se vuelva incluso más critico. La fidelización de los clientes debe ser nuestra máxima preocupación, porque de ello depende nuestro éxito (y nuestra viabilidad económica). Conseguir que el cliente esté contento implica conocer qué es lo que necesita, y poder ir adaptando nuestro servicio a sus necesidades, además de preocuparse por el consumo real del servicio por parte del cliente.

En ciertos servicios, en los que no existe un contrato de permanencia, en los que no tenemos ningún tipo de penalización por cancelación y la cancelación de la subscripción consiste en su notificación (y al banco para no seguir pagando), debemos contar con mecanismos que nos permitan preveer si un cliente está en riesgo.

Productos, servicios y contenido

A pesar de pensar en que puede ser un buen modelo de negocio no es apropiado para cualquier producto o servicio. Pongámosnos nuestra gorra de consumidor y analicemos por que productos o servicios pagamos una subscripción recurrente (de la frecuncia que sea), y por cúal estaríamos dispuesto a hacerlo. En general todo nos lleva a pensar en que son productos o servicios que necesitemos de forma regular o con un uso continuo. El primer ejemplo que tenemos es las utilities de nuestro hogar (luz, agua, electricidad). Todas ellas representan las necesidades básicas por las que estamos dispuestos a pagar una mensualidad. Pero si avanzamos por la pirámide de Maslow podemos encontrar otros productos como música (Spotify), peliculas, series o entrenenimiento (Netflix), gimnasios, … Una de las grandes revoluciones en nuestro sector, el marketing, la presento Salesforce, ofreciendo el primer software empresarial bajo una licencia de subscripción basada en computación en la nube, cuando lo que se llevaba en el año 99 era ser propietario del sistema, manteniendo por nosotros mismo servidores y otros servicios añadidos.

Innovacion

El consumidor medio es muy exigente, y sobre todo en los últimos tiempos en los que analizamos más en profundidad los servicios obtenidos en relación al valor económico pagado. En este tipo de modelos de pago por subscripción, el usuario sigue esperando solucionar sus necesidades que van a seguir evolucionando o transformandose. Por este motivo, y para huir de la monotonía en general, los servicios ofrecidos deben ir adecuandose a la demanda general. Si volvemos al ejemplo de Netflix, os imagináis que sus series fueran las mismas que hacer 4 años? Es posible que nos dieramos de baja y buscaramos otras alternativas de entrenemiento multimedia. El contenido es la pieza fundamental de esta empresa, y por lo tanto debe evolucionar y adecuarse a lo que el consumidor busca. Lo mismo pasa en otros sectores, el producto debe adaptarse, por lo que debemos saber muy bien es cúal es nuestro producto y como podemos hacerlo evolucionar para satisfacer al cliente. Si pensamos en las utilities, es cierto que es producto poco puede varias, pero también hay margen de maniobra con las cuantías de pago mensuales, con ofertas de paquetes de varios servicios, con alianzas con otras empresas. Son diferentes tipos de innovación de producto o servicio, pero todas buscan buscar la satisfación del cliente y sobre todo dar valor a sus subscripción para que le siga mereciendo la pena. En resumen, la innovación e introducción de mayor valor añadido a nuestros clientes será un factor clave.

Aunque parezca obvio la entrega constante de contenido, producto o servicio (segun sea el caso) es fundamental. Debemos controlar toda la cadena de suministro, ya que es lo que estamos ofreciendo a nuestros clientes. Es posible que nuestro contrato exista alguna claúsula en la que nos reservemos el derecho a ciertas fasas de error, pero en general, esa será la diferencia entre el éxito o el fracaso (incluso posibles problemas legales por incumplimiento de contrato). La excelencia operacional se debe hacer nuestra bandera e insignia, y toda la empresa debe velar por esto.

Si lo pensamos muchos de los conceptos arriba mencionados no deben ser sorprendentes, ya que cae por su propia lógica, pero haber vivido en un negocio de este estilo te hace añadirlos a tu ADN profesional. Son negocios que nada tienen que ver a los clásicos de fabricación y distribucción, pero que cada día están más presentes en nuestras vidas. Y si tuviera que resumir en una frase en que consiste diría, que un modelo de negocio por subscripción bien ejecutado es la expresión viva de una organización completamente customer engaged.

Compramos tu tiempo

Checking the smartphone

Como todo en la vida, hay muchas cosas que son cíclicas, y el peso de ciertos areas en las empresas también varia. El marketing durante mucho tiempo fue el alma mater, pero con la llegada de la crisis, las áreas financieras cobraron una importancia superior. Pero no consiste en una guerra entre equipos, sino en crear valor de forma conjunta. En este caso, generar nuevas oportunidades de negocio, y con ello beneficio, pero además los equipos de marketing tiene entre sus responsabilidades acelerar las conversiones y capturar mayor atención por parte de los clientes o usuarios.

Paremos por un segundo a pensar en como operan muchas de las marcas, sobre todas aquellas que gestionan modelos de negocio por subscripción. Su mayor preocupación es la fidelidad del cliente, que viene reflejado no solo por como se consigue atraer la atención sino por el tiempo de utilización de la plataforma/producto/servicio.

No me canso de repetir que vivimos en un entorno muy dinámico y permanentemente cambiante, y las tácticas que se utilizan no tienen nada que ver con usadas tiempo atrás. De hecho los canales digitales han revolucionado la forma en la que interactuamos y nos comunicamos con las marcas. Por lo que los especialistas de este campo tratar de optimizar los medios para conseguir una mayor atención por parte del cliente (que luego traerá esa conversión y posterior beneficio). No olvidemos que vivimos en un mundo hiperconectado, en el que el acceso a cierto tipo de plataformas o información está en nuestro bolsillo (mediante un smartphone). Es muy posible que seas usuario de Netflix, Youtube o Facebook, y esto no te resulte nuevo. La sencilla técnica de reproducir el siguiente video/capitulo a los 3 segundos de terminar el que hemos visto, incrementa nuestra permanencia en la plataforma, y por ello consiguen su objetivo.

Aunque esto no es exclusivo de plataforma de entretenimiento, cualquier empresa busca una interacción mayor con sus clientes o potenciales clientes, ya sea esta por medio de email u otros canales.. La retención de los clientes se vuelve fundamental por el beneficio económico (reducción costes de adquisición e ingresos recurrentes), y por ello las diferentes plataformas CRM son los grandes aliados en estas iniciativas (ya que disponen de todos los datos del cliente, y su función principal es la retención y fidelidad de los mismos).

Volviendo a los ejemplos anteriores (Netflix, Youtube, Facebook..) todos como usuarios hemos experimentado, en diferentes ocasiones como intentan maximizar el tiempo que pasamos en la plataforma. Incluso el CEO de Netflix ha llegado a decir que su mayor competidor es el sueño. Esto demuestra la prioridad que tienen cualquier empresa por captar la atención de sus clientes, durante el mayor tiempo posible, y que la competencia se puede presentar en cualquier formato (ya que debemos olvidarnos de que la competencia es una empresa de nuestro tamaño que trabaja en nuestro sector de actividad). Pero este tipo de afirmaciones son ciertamente peligrosas, ya que realmente son cuestionables desde el punto de vista ético. Es decir, con el objetivo de aumentar el tiempo de uso/consumo por parte de nuestros clientes, podemos ser capaces incluso de perjudicar algo tan importante como el sueño (está más que demostrado el impacto que tiene en el bienestar y la salud).

¿Que podemos hacer, para conseguir tener una relación estable, duradera y sana entre marcas y consumidores?

Como empresas debemos empezar a velar por la ética. En un articulo anterior publico en este blog, hablé sobre este tema y como debemos tomar conciencia del mismo. Si queremos tener una relación prospera con nuestros clientes, tenemos que ser honestos, transparentes y basar esa relación en la confianza

Como consumidores tenemos que pensar que queremos y que estamos obteniendo. Todos somos culpables, por ejemplo de mirar el móvil mucho más de lo que nos pensamos (una media de 85 veces al día, pasando casi 2 horas conectados al dispositivo). Muchas de esas consultas son sin sentido, cuando estamos en un ascensor, esperando al autobús, o de camino a la cafetería. Un mundo hiperconectado tiene muchas ventajas, pero tenemos que aprender a controlar los inconvenientes,. Desinstalar ciertas apps (Facebook, Twitter,..) nos puede ayudar a desconectar digitalmente (no hace falta darnos de baja, pero entrar por el navegador nos dificultará la tarea de forma que solo entraremos cuando tengamos que ver algo en concreto, y no sólo por pasar el rato)

En general, pero en este contexto más, podemos decir que el tiempo es dinero. Cuando más tiempo pasemos conectados, más datos sobre comportamiento, gustos, … estaremos regalando, porque recordemos que hemos pasado a ser el producto para estas empresas. No digo que esto sea malo o no sea ético, sino que tanto las empresas como los consumidores debemos ser capaces de encontrar cual será nuestra relación, estar de acuerdo en los términos y condiciones, y sobre todo que salgamos ganando en partes iguales. Las redes sociales nos ayudan a estar conectados con gente incluso en la distancia, pero no debemos abusar su esta hiper-conectividad simplemente por estar aburridos y que sea un pasatiempo. Las marcas tienen que conseguir generar confianza y establecer unas normas éticas de uso de estos datos, para que la relación sea duradera, sostenible y beneficiosa por ambas partes.

¿Prefiero un producto o un servicio? Cambiando los modelos de negocio

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Los modelos de consumo están cambiando. Es parte intrínseca de la transformación que estamos viviendo. Como me he esforzado en reforzar repetidamente en este blog, la famosa transformación digital tiene 3 grandes características:

a) Es la transformación más rápida de la historia. Durante la historia de la humanidad hemos sufrido muchos cambios como el descubrimiento del fuego o la rueda, la revolución industrial o la introducción de Internet en nuestras vidas. Cada una de ellas ha jugado un papel fundamental. Sin embargo esta trasnformación que estamos viviendo es mucho más rápida en el tiempo , y está cambiando mucho de los parámetros establecidos. La gestión de cambio, se vuelve mucho más clave aun si cabe.

b) La gran revolución está en los datos. Se tratan del petroleo del  siglo XXI. MEdiante su correcta explotación y análisis, aportar todo el conocimiento que necesitamos sobre nuestros clientes y el mercado. Esto nos ayudará no solo a la mayor personalización de la experiencia de usuario, sino que nos ayudarán a evolucionar nuestra empresa para no quedarnos atrás en la lucha

C) Los patrones de comportamiento. Hasta ahora teníamos unos patrones de comportamiento y consumo, que se daban por establecidos, pero que poco a poco están cambiando. Y está afectando a todos los servicios de una manera u otra.

 

Me gustaría poder centrarme en este último punto, ya que afecta nuestra vida personal y profesional. Como consumidores estamos adoptando nuevos patrones de consumo, y hacemos que la sociedad esté cambiando. A la par que como profesionales debemos dar solución a estas necesidades del mercado. Y da igual en el campo que trabajemos, ya que toda la compañía está afectada por igual. Los modelos de negocio están cambiando por completo, y esto afecta a al empresa por completo. Los provedores, el flujo de caja, la forma de hacer marketing, las provisiones financieras o la fabricación.

Hasta ahora el mundo, casi todo el mundo, estaba dominado por un patrón de consumo de posesión de objetos, basado en un modelo capitalista puro (sin meterme a analizar connotaciones políticas o sociales).  Y hay 3 ejemplos, de tres industrias muy diferentes que nos pueden hacer ver esta cambio

 

Industria musical

Toda una generación se ha dejado la paga mensual o el dinero ganado en trabajos temporales en consumo musical. Pero este consumo está basado principalmente en cintas de audio (casetes), vinilos o Cd´s para los tardíos. Comprabamos y poseíamos esa música, ya fuera en un formato u otro. Se almacenaban torres de álbumes de cantantes o grupos musicales, y había un afán coleccionista, intentando tener versiones especiales, limitadas y si eramos muy afortunados firmados por nuestros ¨idolos¨.

Algo similar pasaba para los más cinéfilos. Las películas, ya fuera en VHS, Beta, CD o DVD (en versión pirata o en versión original) eran objeto de colección al igual que pasaba con las música.

Pero ambas industrias han visto un cambio en su consumo. La aparición de formatos puramente digitales de estos productos se inicio con el famoso Napster y sus sucesores. En esta época ya no almacenábamos de forma física, sino virtual. Gestionábamos cantidades ingentes de miles de megas en forma de ficheros. Sin embargo el gran cambio surgió con la llegada de Spotify o Netflix. Disponsiblidad, de forma indefinida, a todo el contenido audiovisual que queramos, sin necesidad de descarga, o posesión. En el fondo tenemos solo una cuota mensual que es la puerta de entrada a este mundo.

Software

El mundo del software, sobre todo empresarial, ha sufrido un cambio muy similar. Cualquier empresa que quisiera gestionar sus empleados, sus nóminas, sus empleados o su producción de forma eficiente e informatizada necesitaba de una infraestructura básica. La entrada en contacto con un fabricante de software era el punto inicial. Pero la compra y adquisición de este producto no era suficiente. Normalmente se necesitaba una infrastuctura básica de servidores y comunicaciones para hacerlo funcionar. Existía por lo tanto ese concepto de propiedad. El software era nuestro, y por lo tanto la gestión y explotación corría por nuestra cuenta.

También se fueron dando pequeños pasos para llegar al estado actual. Las granjas de servidores se podrían alquilar, de forma que esa parte podía externalizarla. Pero el cambio absoluto llego con la llegada del famoso  ¨SaaS¨ (Software as a Service). Al igual que en caso anterior de la industria de la música, no tenemos la propiedad sobre el software, sino licencias para su utilización por un tiempo determinado, que se irá ampliando en el tiempo en función del contrato que firmamos. Los datos si que nos pertenecer, son de nuestra empresa, pero no el software. Esto arrastra a las empresas de hardware (servidores y comunicaciones) ya que tiene un impacto de la misma escala. Y algo similar a las consultoras de software que personalizaban mediante desarrollos a medida, ya que el modelo de negocio cambió ligeramente. Un ejemplo claro, y que repercute completamente en el mundo del marketing han sido las plataformas CRM. Salesforce y otros vendedores de sistemas de «Marketing automation» están completamente inmersos en este modelo.

Transporte y movilidad

Uno de las últimas industrias que se han unido a este efecto domino es la del automóvil (pero no será la última). Hasta ahora el coche era uno de los símbolos de posesión y propiedad por excelencia. Todo chaval de 18 años soñaba con un coche, ya que era símbolo de liberta, madurez y comienzo de un nuevo estilo de vida. Sin embargo todo esto está cambiando gracias a los Uber, Cabify, CartoGo y otras empresas del estilo (Greenwheels, Conenctcar, Snappcar,..).  Es cierto que los casos mencionados suelen estar pensados para el corto plazo de tiempo, pero en el largo plazo también está cambiando. Hay un aumento considerable de empresas de leasing y renting. Estos conceptos eran conocidos principalmente para flotas de empresas y/o autónomos, pero no para usuarios finales. Por otro lado no se limita solo a los coches, ya que las bicicletas, incluso los barcos están corriendo suerte similar, con alquileres por trayecto u tiempo limitado. Todo aquellos los que viváis en grandes y medianas ciudades habréis visto las bicicletas de alquiler publico y que están revolucionando la movilidad.

 

Hay varios puntos que todos los casos anteriores tienen en común. Pero el principal es un cambio en el modelo de negocio. Ya no se trata de un concepto de propiedad, sino de ofrecer un servicio, mediante una suscripción. Los consumidores buscan un servicio, y no el producto como tal. Y este tiene mucho que ver con la experiencia de cliente. El producto, como he repetido mucho, ya no es suficiente, se requiere tener que aportar un valor diferencial mayor, algo que ayude al consumidor o cliente final a cubrir sus necesidades. Deshacerse de gastos de gestión, actualización o mantenimiento y conocer exactamente el gasto mensual ha pasado a ser un requerimiento. Aunque el impacto también se nota a nivel financiero, ya que pasamos de tener activos con amortizaciones a tener gastos fijos, y flexibles en función de la demanda que precisemos.

 

El proceso del arte

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Cuentan la historia de un gran trasatlántico en el que un día falló el motor. El propietario, preocupado por las pérdidas que le ocasionaba tener el gran buque parado, llamó al mejor mecánico de la ciudad. Éste se puso manos a la obra, sacando de su maletín de herramientas una enorme llave y  tras apretar un par de tuercas el problema del motor se resolvió rápidamente.

Unas semanas más tarde el armador recibió la factura y se llevó las manos a la cabeza:

9 € – apretar la tuerca

9.991 € – saber qué tuerca apretar

TOTAL = 10.000 €

“¿Pero si el mecánico apenas empleó media hora en la reparación? ¿Cómo puede ser posible?”

Hace unos días recordaba esta vieja fábula cuando alguien me preguntaba sobre el precio de los cuadros que pinta mi madre a raíz de su reciente inauguración de una exposición en la Galería Ansorena de Madrid (la cual te animo encarecidamente a visitar si pasas por la capital).

Y es que en el mundo del arte se asume con mayor naturalidad el hecho de que la valoración de una obra no tiene nada que ver con el coste de los materiales utilizados en su creación ni en las horas directamente empleadas en la misma. Pintar un cuadro puede ser fruto de un par de jornadas de trabajo, pero subyace una trayectoria creativa que puede llevar muchos años.

Conviene recordar estos conceptos cuando como profesionales del Marketing definimos el precio de los productos que vendemos. El precio no debería estar en relación con el coste unitario de fabricación del producto (materia prima, mano de obra, transporte,…) sino con el valor que aporta al cliente. En el caso del mecánico del trasatlántico bien pudiera reclamar por la reparación un importe equivalente a la caja que el armador genera en una jornada de navegación del buque porque ese es el valor que éste pierde si el barco queda amarrado a puerto.

Muchos clientes compran “procesos” no “resultados”. Y por eso muchos proveedores tratan de vender también procesos y justifican sus tarifas en función de la complejidad de los mismos:

No sabes lo complicado que nos ha sido realizar ese estudio. Tuvimos que entrevistar al doble de personas de las inicialmente previstas. Además, no nos valió con la zona de Valencia sino que tuvimos que desplazarnos a Barcelona”.

En el fondo como cliente el proceso de ese proveedor debería ser una especie de “caja negra”. Lo que necesito es que el resultado me aporte valor. Si los procesos de mi proveedor son complejos es responsabilidad suya el optimizarlos.

Muchos de los competidores que han revolucionado industrias basan su éxito en la competición pura y dura en base a resultados, con procesos absolutamente diferentes. Netflix acabó con Blockbuster aportando un valor superior al consumidor de películas de cine mediante un proceso radicalmente diferente (sin soporte físico, mediante canal online).

“¿Cuál debería ser el precio de los cuadros que pinta tu madre?” me preguntaba mi amigo. A lo que yo le respondía con otra pregunta: “¿qué objetos o experiencias te aportan una satisfacción parecida al disfrute que te produce mirar sus cuadros? Ese es el precio que debería tener para ti esa pintura”.

Belén Conthe y Ana Troya

Exposición: “Los hilos de la memoria”

Galería Ansorena. C/ Alcalá 52. Madrid

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