Lo que Eisenhower y Tyson te pueden enseñar sobre Estrategia

Cuando tengo sesiones ayudando a equipos de Marketing a definir sus planes, hay dos frases que me gusta utilizar para enfocar la importancia del proceso de planificación. Al principio les sorprende porque parecen desmitificar el asunto. Luego comprenden que en el fondo ponen de manifiesto justo lo contrario, la enorme importancia de planificar.

Decía el comandante (y después presidente americano) Dwight D. Eisenhower: “In preparing for battle I have always found that plans are useless, but planning is indispensable.” Es decir, lo importante de la planificación no es el resultado sino el proceso. En un entorno de alta incertidumbre como es el escenario de la batalla, es tremendamente complicado acertar con la estrategia que te llevará a derrotar al enemigo. Sin embargo, cuanto más hayas trabajado los diferentes escenarios, mejor podrás adaptar tu plan una vez entres en combate.

Quién lo diría, pero la segunda frase es de Mike Tyson, boxeador cuya decisión estratégica más recordada fue pegarle un mordisco a su rival en un combate de boxeo. Este “gran filósofo” comentaba: “Everyone has a plan ‘till they get punched in the mouth”. Interesante forma de reflexionar sobre que no importa el plan que tengas ya que se desmoronará en cuanto te enchufen el primer gancho de derechas.

Si alguien te dice que tiene clarísimo el plan y que sabe que va a ocurrir A y luego B y luego C,  desconfía. Y si te dice que él no planifica porque no sabe qué le deparará el futuro, desconfía aún más.

Los seres humanos no somos muy amigos de los entornos de incertidumbre, pero se han convertido en el nuevo estándar y para manejarte en ellos la planificación seguro que te va a ayudar.

Planificacion en 3 niveles

Cualquier proyecto o programa al que nos enfrentemos debe estar bien planificado. Pero como bien decía Alberto en su articulo «Estrategia«, últimamente todo tiene la palabra «estratégica».

Creo que debemos entender bien, que la planificación tiene 3 simples niveles. Cada uno de ellos muy diferenciado del otro, que se complementan , deben estar bien presentes y que todos deben existir.

Por tanto, podemos pensar en una pirámide con tres compartimentos para definir gráficamente estos tres niveles:

  1. Nivel Superior o «Estratégico«: Centrado en la visión a largo plazo. Se definen los objetivos, misión, visión y valores. Suele ser realizada a muy alto nivel y debemos encontrar los apoyos necesarios para poder llevar a cabo el proyecto.
  2. Nivel intermedio o «Táctico«: Consiste en una visión a medio plazo, en la que iremos entrando en el detalle de lo anteriormente expuesto.  Debemos definir los recursos con los que contamos y cual va a ser su medición (para comprobar si estamos consiguiendo lo deseado o no).
  3. Nivel inferior u «Operativo«: Será la visión a corto plazo y la ejecución de lo anteriormente planeado. Principalmente responde a las preguntas de «Cómo». En este nivel, detallaremos cómo vamos a realizar las tareas, con qué herramientas vamos a trabajar, cómo se van a utilizar.

La planificación estratégica es muy importante, y si ella no tendremos un rumbo fijo que seguir, pero obviamente hay otros 2 niveles que cubrir (tan importantes como el primero) sin los que no obtendremos los objetivos marcados.

Hay muchas metodologías de trabajo que hablan sobre estos temas, y muchas de ellas recomiendan usar un modelo iterativo y en continua revisión. Es importante que revisemos cada una de las fases, para ver si necesitamos hacer ajustes, ya que las desviaciones de los planes iniciales existen, aunque no sean deseadas.

Estrategia

Me resulta curiosa la frivolidad con la que empleamos el término “estrategia” en la política, las empresas, el Marketing. Cualquier decisión ahora es “estratégica”, como si calificarla así le diera un halo de importancia infinita. Si encima le metemos la palabra “planificación” delante ya se convierte en “la pera limonera”, parece que nos pone al nivel de la NASA.

Sin embargo la esencia de la “Planificación Estratégica” es mucho más sencilla de definir y al mismo tiempo más complicada de ejecutar de lo que habitualmente creemos.

El origen del término se remonta a la antigua Grecia, y significaba “Stratos” = Ejército y “Agein” = conductor, guía. Es decir, algo así como el arte de dirigir ejércitos.

Peter Drucker, el padre de la gestión empresarial moderna, la definía en una traducción libre como “el proceso continuo de tomar arriesgadas decisiones en el momento actual sobre situaciones futuras, organizando de manera sistemática los recursos y esfuerzos necesarios para ejecutarlas y midiendo los resultados contra las expectativas en un proceso de retroalimentación continua”

Comparto absolutamente esa definición, en cuanto a que habla de toma de decisiones actuales, de manejar incertidumbres y riesgos, así como de priorizar recursos.

En el terreno del Marketing cualquier manual moderno te hablará de que para definir tu estrategia tendrás que formular “misión”, “visión”, “valores”, “estrategias”, “tácticas”,…

Mi recomendación es que te olvides de todo ese lenguaje “corporate” y te centres en aclarar las respuestas a las preguntas fundamentales:

  1. ¿En qué negocio quieres competir? ¿Quiénes son tus clientes?
  2. ¿Cómo les aportas valor?
  3. ¿Qué capacidades necesitas para que esa aportación de valor sea diferencial respecto a la de la competencia y sostenible en el tiempo?

Todo lo demás puede ayudar a comunicar tu estrategia, pero no constituye la misma.

Por último, si te interesan estos asuntos, te recomiendo la lectura del estupendo artículo de Ken Favaro, consultor de Booz&Co: “How Leaders Mistake Execution for Strategy (and Why That Damages Both)