La Gestión del Cambio, la Ley de Ohm y las canicas

Estás cruzando el umbral de la sala e inmediatamente lo intuyes. La reunión va a ir rodada o va a ser un auténtico calvario. No sabes muy bien por qué, pero tu “sentido arácnido” te indica el nivel de energía de esa habitación y las personas que allí se encuentran…

Ayer tuve de nuevo el enorme placer de dar una sesión sobre Gestión del Cambio en ISDI, en otra mañana de sábado de esas maravillosas en las que peloteas ideas con profesionales de primer nivel y de las de “cuando uno enseña, dos aprenden”.

Ley de Ohm

¿Hay algún Ingeniero en la sala?

Se reían los alumnos cuando les preguntaba si había algún Ingeniero Industrial en la sala que nos recordara la Ley de Ohm. Y es que suelo utilizar la metáfora de la Gestión del Cambio como un circuito eléctrico, donde la intensidad de corriente eléctrica que circula (volumen del cambio que podemos impulsar en la Organización) es directamente proporcional al voltaje de la batería (impulso que los agentes de cambio le dan al proyecto) e inversamente proporcional a las resistencias (los que no desean cambiar nada y tratan de boicotearlo).

Cada vez estoy más convencido de que la Gestión del Cambio es la gestión de la energía de una organización. Tiene que ver con la habilidad con la que modulas la energía en esa sala a la que entras y donde se están tomando decisiones de calado. Está relacionado con cómo comunicas y cómo haces sentir a los que reciben la información, o de si consigues que un equipo se sienta cabeza tractora o se posicione como vagón de cola y quede pasivamente a remolque.

Richard Thaler

Un pequeño empujoncito

La tarde del viernes pude asistir, invitado amablemente por Calypsa Padon, al diálogo con el maestro Richard Thaler en el marco de las ponencias sobre #BehavioralScience que organizaban los amigos de BeWay Consulting.

Thaler, que estuvo deliciosamente cercano, explicaba cómo surgió su teoría de los “empujoncitos” (#nudges) como mecanismos para impulsar la toma de decisiones en los individuos y que le llevó a recibir el Nobel de Economía en 2017. Si no has leído su libro, te lo recomiendo encarecidamente como una de las referencias fundamentales en ciencias del comportamiento.

Lo interesante del asunto es que por primera vez escuché a Thaler hablar del “#sludge”, que él definía como el antagonista del “nudge”, y que consiste en las barreras, la burocracia, las dificultades absurdas que a menudo caracterizan los procesos que diseñamos. Es ese ruido y gasto energético que te lleva a la desesperación y al agotamiento cuando estás realizando una tarea absurda, penosa ó mal diseñada.

Revisitando herramientas de mi época diseñando servicios

Recordaba ayer en clase la sesión del día anterior con Thaler y me planteaba si acaso los que nos dedicamos a la Gestión del Cambio no tenemos como principal responsabilidad el asegurarnos de diseñar cauces de ríos limpios por los que puedan discurrir los proyectos de impacto y que potencien el consumo eficiente de los recursos y de la energía de la organización.

⭐️ Provocando impulsos o “empujoncitos” y recuperando herramientas del “Pensamiento de Diseño” como la #PropuestaDeValor a partir de las necesidades de nuestros clientes.

⭐️ Reduciendo los sumideros de energía, recuperando conceptos del “Lean Manufacturing” como la eliminación de la #muda ó desperdicio.

⭐️ Simplificando los procesos apoyados en conceptos del “Agilismo” como el entendimiento y colaboración entre individuos, por encima de tortuosos procesos y herramientas.

Gestionando en definitiva la energía de la organización desde el sentido común.

Subir la canica y generar opcionalidad

Subiendo de nuevo la canica

¿Y es que acaso no es parte de nuestro rol como gestores de cambio, el asegurarnos de que la canica discurre por el camino adecuado? Y como en aquel juego al que jugábamos de pequeñitos, si vemos que la bola se encañona por donde no queremos, volverla a subir y reconducirla generando #opcionalidad y nuevos caminos. Transformando energía potencial en cinética, en acción, en movimiento.

Para ello, debemos rodearnos continuamente de personas que nos reten intelectualmente, que nos muestren nuevas opciones, que conversar con ellos sea como abrir la ventana y oxigenar la habitación. Y en esta semana que ahora acaba tres han sido las personas que me han aportado esa energía:

👉 Calypsa Dawn Padon, un ejemplo de cómo hibridar en el mundo de la empresa, la sensibilidad y la mirada de las humanidades y las ciencias del comportamiento.

👉 Fernando Garcia-Quismondo (高安洋), un referente a la hora de explorar nuevos caminos y conectar puntos, siempre con la pregunta como herramienta “abrelatas” para llevarte a otros territorios y con el que compartí en vivo y en directo la admiración por Thaler.

👉 Adrián Ager Salcedo, la persona con mayor sensibilidad por el usuario que conozco a la hora de diseñar productos y servicios, y con la que en esta ocasión me reencontré como alumno en ISDI, cuando él es un verdadero maestro.

Amigos, gracias por tanto.

#GestiónDelCambio , #BehavioralEconomics , #RichardThaler , #ISDI , #energía

El Marketing, la Economía y un cuenco de anacardos

anacardos marketing

 

“Great art is as irrational as great music. It is mad with its own loveliness”

George Jean Nathan

 

Imagina que tienes invitados esta noche en casa. Has preparado un delicioso asado digno de “Master Chef” pero como primera atención a tus comensales les ofreces unos aperitivos y un gran cuenco de anacardos.

Llegado el momento de servir el primer plato, retiras los frutos secos y ves cómo tus invitados respiran aliviados al poder dejar de hincharse con ellos en vez de reservar sitio para degustar la deliciosa comida.

Algo parecido a esta anécdota sucedió en los años 70 en casa de Richard Thaler, el reciente Premio Nobel de Economía 2017. El economista observó cómo sus invitados, que compartían profesión con él y eran gente formada, no podían resistirse a la tentación de los anacardos aun sabiendo que era irracional el no parar de comerlos. Desarrollando esta idea se interesó por las palancas que mueven a los individuos a la hora de elegir y explicar por qué, al enfrentarnos a dos opciones, normalmente escogemos la más fácil y no la más adecuada.

La teoría económica clásica ha creído que las decisiones humanas se regían por la razón. Sin embargo el desarrollo reciente de la Economía del Comportamiento (“behavioral economics”) ha puesto de manifiesto que los comportamientos irracionales son los más frecuentes en el ser humano.

Así, algunos casos de comportamiento irracional apoyados por estudios de los padres de esta disciplina (Daniel Kahneman y Amos Tversky) serían por ejemplo:

  • Si regalas a alguien un objeto, al tratar de recuperarlo más tarde deberás pagarle una cantidad superior a la que le hubiera costado a esta persona adquirirlo. Al desprenderse del objeto, el individuo le dota típicamente de un valor mayor que aquel que hubiera estado dispuesto a desembolsar por él para poseerlo.
  • A menudo elegimos no elegir y asumir lo que nos toque, porque tememos más la responsabilidad de haber elegido mal que las consecuencias de una mala elección.
  • Los seres humanos planificamos y ejecutamos. Y rara vez tomamos la misma decisión cuando estamos en modo “planificar” que cuando estamos en modo “ejecución”. Somos inconsistentes en nuestro criterio al acercarnos a la puesta en marcha de aquello que decidimos.

La “Teoría del Empujón” desarrollada por Thaler presupone que el ser humano tiene gran inercia a la hora de tomar decisiones y por este motivo resulta conveniente (aunque sus críticos le acusan de un cierto paternalismo) a la hora de desarrollar medidas públicas con gran impacto social, el dar a la población pequeños “empujoncitos” que les animen a tomar la decisión en la dirección que se presume correcta y más beneficiosa para ellos (ej: ir a la escuela gracias al incentivo que supone el acceso a un menú gratuito para las familias con pocos recursos).

El mérito de Thaler, profesor de la “University of Chicago’s Booth School of Business”, reside no tanto en haber desarrollado una disciplina en la que precursores como Thomas Schelling y Kahneman/Tversky ya habían avanzado de forma muy sustancial, sino en haber conseguido que los mecanismos de su “Teoría del Empujón” hayan sido considerados a la hora de diseñar políticas sociales en la Casa Blanca y el 10 de Downing Street.

La irracionalidad de nuestras decisiones individuales nos lleva como sociedad a frecuentes problemas de gran calado:

  • No ahorramos suficiente para nuestra jubilación, poniendo en riesgo la suficiencia de nuestro sistema de pensiones.
  • Invertimos en bienes inmobiliarios sin percibir la burbuja existente, contribuyendo a acelerarla.

Sin embargo cuando ciertas políticas gubernamentales utilizan pequeños “empujones” para corregir comportamientos sociales, pueden producir beneficios claros. Un ejemplo sería la iniciativa británica de haber inscrito de forma automática a los trabajadores en fondos de pensiones privados teniendo la oportunidad de salir de ellos en cualquier momento, lo que ha supuesto que el porcentaje de trabajadores cubiertos por estos fondos se haya elevado del 42% al 73% entre 2012 y 2016 en Inglaterra.

¿Y qué tiene todo esto que ver con el Marketing?

En casa de Thaler, el Marketing y la Economía siempre han ido de la mano. De hecho su mujer France Leclerc fue profesora de Marketing. En todo caso he aquí algunas de las múltiples lecturas que desde la disciplina del Marketing se pueden hacer a las teorías de Thaler:

  1. Si queremos provocar comportamientos en nuestros clientes, démosles ese “pequeño empujón”, pongámosles las cosas fáciles.

Un ejemplo sería el sistema de recomendaciones de Amazon. Una vez comprado un artículo, constantemente el sistema me recuerda que otros usuarios han comprado también otros objetos. En este caso el pequeño empujón para seguir comprando se ve reforzado por lo que los sociólogos denominan “la prueba social” (nos adherimos a una causa de forma más poderosa si observamos que muchos otros ya lo han hecho antes).

  1. La arquitectura del proceso de toma de decisiones, afecta a la decisión.

Un ejemplo sería a la hora de fijar tramos de precios para diferentes paquetes de productos. Cómo definamos esos rangos de precios nos puede permitir “empujar” al cliente hacia el producto que deseamos que compre (ej: tarifas telefónicas o de TV por cable).

  1. A menudo nos empeñamos en diseñar productos con multitud de características que el 80% de los usuarios no utilizan. ¿Menos es más?

Un ejemplo sería el de las cámaras réflex con múltiples opciones de control manual pero que incorporan además una función semiautomática que es la más utilizada por fotógrafos amateurs. Las opciones de la cámara son múltiples, pero el fabricante «empuja» al usuario no experimentado a utilizar una función con la que conseguir buenos resultados sin demasiado esfuerzo por su parte.

Nunca la Economía y el Marketing han ido más de la mano, y por ello me alegro enormemente por el galardón concedido por la Academia Sueca a Thaler. Si te interesan todos estos asuntos y quieres profundizar en su obra te animo a leer su best-seller “Nudge: Improving Decisions About Health, Wealth, and Happiness”.

Si Newton tuvo su manzana a la hora de formular la Ley de la Gravedad, la magnífica obra de Thaler puede decirse que surgió a raíz de un cuenco de anacardos en una cena con amigos. ¿Irónico e irracional, no es cierto?

 

 

Lecturas adicionales:

http://www.chicagotribune.com/news/opinion/commentary/ct-perspec-thaler-nobel-chicago-economics-sunstein-1010-story.html

http://timharford.com/2017/10/why-thalers-nobel-is-a-well-deserved-nudge-for-behavioural-economics/

http://m.startribune.com/economics-prize-last-of-the-nobels-to-be-awarded/450030503/

https://www.chicagobooth.edu/magazine/fall-2015/features/a-bowl-of-cashews

https://www.forbes.com/sites/johnwasik/2017/10/09/4-reasons-richard-thaler-won-the-nobel-prize/#617d83d5756e

https://www.bizjournals.com/chicago/news/2017/10/18/a-nudge-from-nobel-prize-winner-richard-thaler.html

http://www.bbc.com/mundo/noticias-41551856

http://www.euribor.com.es/2017/10/18/premio-nobel-economia-los-cacahuetes-te-ponen-aperitivo/