Juegos de Guerra

Recuerdo con fascinación la película «Juegos de Guerra» del año 1983, que exploraba los peligros de la tecnología y la inteligencia artificial en tiempos de conflicto bélico. La historia nos presenta a un joven hacker que, sin saberlo, se infiltra en un sistema militar ultrasecreto y desencadena una serie de eventos que podrían llevar a una catástrofe nuclear.

Me venía a la memoria esta película al leer el reciente artículo de HBR “AI can (mostly) outperform human CEOs”. Y es que a los seres humanos nos fascinan estas narrativas de “escalada militar”. Si además es en el contexto de la aparición de tecnologías que no comprendemos del todo bien, el argumento para el “click-bait” está servido.

El artículo expone la pregunta de si la inteligencia artificial generativa ha demostrado tener el potencial de superar significativamente a los CEOs en la toma de decisiones estratégicas, especialmente en tareas basadas en datos. Así, en un experimento de simulación de una industria automotriz, los modelos de IA superaron a los participantes humanos en decisiones relativas a ganar cuota de mercado y rentabilidad, pero tuvieron grandes dificultades para manejar eventos inesperados, al carecer de una genuina intuición sobre las dinámicas empresariales y una visión adaptativa a largo plazo. El algoritmo proponía acciones muy agresivas para optimizar el corto plazo, pero carentes de flexibilidad y capacidad de pivote.

¿Por qué creo que hay que cambiar el enfoque?

Observo con excesiva frecuencia este “juego de suma cero” en el que estamos constantemente tratando de definir dónde trazar la línea entre el humano y la máquina. Puede ser entretenido desde un punto de vista narrativo, pero sospecho que no nos hace avanzar en un mundo en el que tendrán que coexistir ambas inteligencias.

Considero mucho más interesantes las aproximaciones desde el análisis de las “capacidades aumentadas” que la IA aporta al humano, lo que ya se empieza a denominar como “cointeligencias”.

La gestión del cambio que viene

Esta semana, asistía a la amable invitación de ESIC Business & Marketing School y Area101 para debatir en un panel sobre agilidad empresarial en el ámbito de la innovación corporativa. Una de las ideas que yo transmitía es que necesitamos reenfocar el debate.

Creo que en la tan cacareada era de la “Transformación Digital” nos centramos mucho en “digital” y poco en “transformación”. Digitalizamos tareas, procesos y documentos, pero ¿realmente fuimos capaces de transformar organizaciones?

Esta vez tenemos la oportunidad de hacerlo bien, desde una mirada que reflexione primero sobre qué retos resolver antes de discutir cómo la tecnología puede ayudar a resolverlos. Haciéndonos antes las preguntas “¿por qué?” y “¿para qué?” antes que “¿cómo?”.

Capgemini Research Institute 2024 – Gen AI at work: Shaping the future of organizations

Subiremos IAs a los Comités de Dirección

Las empresas tratamos de pasar rápidamente del Taylorismo a la Holocracia, operando con estructuras más propias del siglo IXX que del siglo XXI. Ahora tenemos la oportunidad de operar a escala, gracias a la tecnología, grandes transformaciones. Pero siempre desde una mirada humanista y entendiendo que entramos en una nueva era del florecimiento donde cada uno de nosotros debe de elevarse en su función.

El hecho de que vamos a tener muy pronto como compañeros en los Comités de Dirección a las IAs está claro. Y no debería de ser entendido como una amenaza ya que, si todas las funciones de un Comité pudieran ser reemplazadas por una IA, no nos hablaría muy bien de la gestión de esa empresa.

Definir una estrategia y dirección, trabajar sobre un propósito, tomar decisiones, desarrollar equipos, construir una cultura de trabajo,… son responsabilidades que desde el origen de los tiempos siempre han desarrollado los líderes de las organizaciones. Y no imagino un futuro en el que eso no deba de seguir ocurriendo de esa manera. Eso sí, lo haremos en un contexto nuevo, en el que tendremos la inmensa suerte de hacerlo acompañados y complementados no ya por copilotos sino por “co-thinkers”.

Bienvenidos a la era de las #cointeligencias.

(Si quieres ver la charla en ESIC con Cristian Ull Molina , Guille Lorbada Rodríguez, PhD y Víctor Ramos, está disponible en este enlace)

#GestionDelCambio , #EmpresaAumentada , #Florecimiento , #IA

Vender online es fácil, si sabes como.

Muchas veces pensamos que la parte mas complicada de un proyecto del mundo digital, es la implementación de la tecnología. Sin embargo, ese es solo el inicio del camino. Una vez implementada, tendremos que ser capaces de mantener las operaciones, saber innovar reflejando los cambios en la herramienta, y disponer de las capacidades para poder ejecutar el plan proyectado.

Encontrarnos en la tesitura de tener algo y no saber utilizarlo es uno de los peores inicios que podemos imaginar. Una vez nos planteamos lanzarnos a la ejecución de alguna iniciativa digital (web, plataforma de marketing, CRM, IA,..), tenemos que plantearnos como iniciar ese proyecto (desarrollo de la tecnología), mientras adquirimos el conocimiento necesario para gestionar la misma, teniendo en cuenta que será un camino con inicio, pero sin fin (ya que evolucionará tanto como lo hagan nuestros clientes y nuestra organización)

El mundo del ecommerce no es una excepción. Según business insider el volumen del negocio de comercio electrónico ha crecido un 36% en los últimos años. No creo que este dato sorprenda ya que todos los días vemos noticas al respecto, todos hemos incrementado nuestras compras online en nuestra vida diaria, y sobre todo durante la pandemia, y cada vez vemos que aparecen mas jugadores en diferentes categorías. En efecto, es una de los patrones de comportamiento que mas han variado en la última década. Podemos comprar cualquier artículo a golpe de click, y aunque anteriormente solo teníamos ciertos productos o ciertas categorías disponibles, han surgido multitud de opciones.

Es un dominio que sin duda esta en expansion, y que irá a más. Permite tener operaciones a escala, a nivel casi mundial (interesante dato el el Inditex), sin embargo no debemos pensar que su ejecución sea sencilla.

Montar un ecommerce, supone entender y completar un proceso completo de venta, al igual que sucede en el mundo físico. La gestión de pedidos, la cadena de suministros, la gestión de devoluciones, gestión de stock son algunos de los procesos a tener en cuenta, por no hablar del cumplimiento legal al que debemos someternos al operar en diferentes países ( reglamento de etiquetado, gestión de impuestos y tasas, acuerdos con mayoristas o distribuidores,..). Como iniciaba el post, disponer de la tecnología, aunque un paso importante, es sólo uno de los pasos del camino. Y siguiendo con este hilo, pensemos en si somos capaces, sin el implementador, de cambiar el catálogo de productos, o aplicar nuevos tipos de descuentos o generar nuevos bundles, ya que puede ser algo que nos interese en el futuro (pensando en pivotar el modelo de negocio, y probar cosas nuevas)

En efecto es un proyecto laborioso que debemos planificar y diseñar con maxima precisión. La integración en nuestra estrategia de marketing, y con nuestras plataformas de emailing, web,..será fundamental. La experiencia de cliente es clave en este aspecto, ya que tan rápido podemos ganar nuevos clientes, como también podemos perderlos. Como dice el dicho popular, «la competencia está a un click».

Y en la experiencia de usuario se están invirtiendo muchos recursos, para conseguir que cada vez sea mejor y esas tácticas más efectivas. El mejor ejemplo puede ser Amazon, cuyo diseño no destaca por ser bonito, sin embargo, su eficiencia está más que probada y demostrada. Otro caso que recomiendo es el de Tesla. Nunca había pensado que comprar un coche (con la configuración de opciones incluida) se pudiera hacer en unos clicks.

La tecnología tiene mucho que decir, por supuesto, y cada vez surgen más soluciones que aportan su granito de arena a este gran puzzle.

Los medios de pago, son sin duda uno de los grandes jugadores. Las pasarelas de pago conectan usuario y banco, asegurando la transacción, de manera segura, rápida y transparente. Muchas startups se han lanzado a este mercado donde los modelos de comercialización de las soluciones son amplios y variados. Stripe, Findock, Ayden, incluso Bizum son algunas de ellos, pero también algunos grandes bancos están apostando por este mundo como el Santander como PagoNXT

No podemos olvidarnos de la inteligencia artificial, que analizando datos de comportamiento, histórico de transacciones, perfil de clientes y otras muchas fuentes consigue dar recomendaciones o predicciones. Existen soluciones generalistas, o muy de nicho. Las más utilizadas posiblemente sean las facilitadas por las grandes plataformas de desarrollo como AWS

Las herramientas de personalización, unidas a las anteriormente mencionadas tiene una gran relevancia en este mundo, donde cada usuario o potencial comprador quiere sentirse entendido. Personalización, que no segmentación, a escala y en tiempo real, conectando todos nuestros sistemas (CRM, marketing automation, Web,..) es que lo requerimos para poder dotar de una experiencia de usuario completa, única y continua. Las grandes tecnológicas como Adobe, siteCore o Salesforce tienen soluciones que conviene revisar.

Y cómo no, tenemos tecnologías que aunque no estén siendo utilizadas a escala empiezan a oírse o a probarse. Conceptos como los coches autónomos de reparto, o incluso Dron delivery (reparto de los pedidos en dron), realidad aumentada para dotar de mayor realismo influyendo las sensaciones en el proceso de compra.

Sin embargo, todas estas son herramientas que nos facilitan parte del proceso. No olvidemos la definición del proceso. Quien va a gestionar los pedidos, como se van a preparar los pedidos, como vamos a procesas las devoluciones..son algunas de la preguntas que la tecnología no nos ayudara a responder, pero tan pronto tengamos una respuesta podremos automatizar (en algunos de los casos). Pensemos en cual de estos procesos son los que mas tiempo van a demandar de nuestros equipos, y cuales son los que queremos externalizar (con el coste asociado que ello conlleva). Vender online es fácil, sí sabes cómo.